
Agustina Ramos Mejía, en medio de una crisis de migraña con aura: "No me salían las palabras, pensé que era un ACV"
La influencer de maternidad Agus Ramos Mejía (@look_connected) relata una experiencia de migraña con aura cuando aún no tenía el diagnóstico. Por los síntomas pensó que le había dado un ACV.
14 de abril de 2025

Agus Ramos Mejía, influencer de maternidad, cuenta su experiencia con migraña con aura. - Créditos: Gentileza Agus Ramos Mejía
El sábado 8 de junio de 2024, nos vamos al Parque de la Costa con Facu, mi marido, y los chicos. Me dolía la cabeza, pero como no suelo tener nunca dolores de cabeza, pensé que era cansancio. Estando ahí sentí todo un hormigueo en el brazo. Como lo tenía Nachito, mi hijo más chico, a upa no sabía si era por eso o por haber hecho un mal movimiento. Me preocupé, porque me seguía doliendo mucho la cabeza y me sentía muy cansada. Pero pensé que quizás era la presión. De ahí me fui a lo de Eduardo Moreno Vivot, que es el pediatra de los chicos y con quien trabajo en los cursos. Tenía la presión completamente normal. Me hizo como un pequeño estudio neurológico y también daba normal, pero yo seguía con mucho dolor de cabeza.
Esa misma noche, tenía una acción para una marca, un evento en el centro y me estallaba la cabeza. Pensé que, si me acostaba, me dormía un rato, se me iba a pasar. Me acosté, pero el dolor no me dejaba ni descansar, ni dormir, ni nada. Le pedí a una de las chicas, amiga mía, colega, si ella podía manejar, porque yo no podía, y me fui. Realmente debería haber cancelado, pero me había comprometido y no quería fallar. En el evento tuve que salir dos veces del dolor que tenía.
El domingo me sentí un poco mejor. El lunes estaba yendo al streaming de Telefe y, de nuevo, me dolía mucho la cabeza. La semana anterior había dejado el café por completo porque tengo hemorroides y me estaban haciendo mal, entonces dejé de un día para el otro: de tomar dos cafés diarios a cero. Entonces, cuando menciono lo del dolor de cabeza, me dicen: "Quizás es porque dejaste el café de golpe".
Hablo con mi melliza, que es médica, y me dice: "Tomate un café, que el café, muchas veces, te ayuda para el dolor de cabeza". Bueno, me tomé un café y la verdad es que me empecé a sentir un poco mejor, hice el streaming y demás.
Pero me sentía rara, ¿viste? Era un dolor que no se iba del todo. Entonces dije: "Chau, me voy a el Fleni. Me acompañó Lau Romano, que estaba en el streaming conmigo. Cuando llego allá me dicen: "Bueno, te vamos a hacer una angioresonancia". Mamá tuvo un ACV hace muchos años a causa de un aneurisma y, como muchas veces, el aneurisma puede ser congénito, todos los hijos nos tuvimos que hacer una resonancia. A mí en ese momento me salió que tenía un minianeurisma en la cabeza. Entonces, la tenía que controlar, sobre todo, después de los partos. Yo me la controlé después del parto de mis dos hijas y en el último no me lo había controlado. Entonces, cuando me dijeron: "Vamos a hacer por control de aneurisma", me asusté un montón.
Y es un estudio para nada agradable, que te meten adentro de un tubo, te tapan todo, y te empiezan como a martillar la cabeza y estás ahí sin poder moverte durante 50 minutos, o no sé cuánto es. Por suerte salió todo bien. Entonces, yo me quedé tranquila de que había salido todo bien y me mandaron a hacerme otros dos estudios con tiempo. Esto fue un lunes.
Martes y miércoles se me fue un poco el dolor de cabeza. El jueves me volvió y el viernes estaba trabajando en mi casa, estaba sentada, y se me empieza a dormir la mitad del cuerpo. Pero era impresionante, como si me hubieras trazado una línea por la mitad del cuerpo y se me durmiera exactamente un hemisferio.
Se me empiezan a dormir los dedos, la mano, el brazo y, después, se me duerme la pierna, la panza, todo de forma progresiva. De repente se me empieza a dormir un poco la nariz, la lengua. Obviamente que me asusté.
Ahí le dije a Facu: "Me voy al Fleni". Esto es rarísimo. Yo estaba trabajando con la computadora y cuando les quiero escribir por chat a las personas con las que estaba conectada: "Me voy al Fleni", no podía escribir. Mi cabeza funcionaba perfecto, pero yo no podía escribir. Entonces, escribía, J en lugar de la F. Yo borraba y decía, no lo puedo creer. Tardé creo que 5 minutos de reloj en escribir Fleni en la computadora, era algo impresionante porque yo sabía lo que quería poner, pero no me salía. Ahí me recontra asusté.
Me fui a cambiar, quise hablar con mi hermana y decir lo que me estaba pasando y no me salían las palabras, o sea las palabras me salían todas mezcladas. Quería decir: "Me voy al Fleni" y le decía: “Me harto voy”. O sea, no me salía, era impresionante. Yo dije: "Listo, me agarró un pequeño ACV" y más con el antecedente de mi mamá. Pensé: "Me agarró algo cerebral y voy a tener que hacer rehabilitación del habla o algo voy a tener que hacer".
Vino mi hermana a buscar a todos los chicos y nos fuimos al Fleni con Facu. Yo seguía sin poder hablarle, o sea, le hablaba todo mezclado, todo pensándolo y no podía. Cuando llegó el Fleni tenía un dolor de cabeza tan punzante que empiezo a vomitar. Nunca había vivido algo así.
Y ahí me empiezan a decir: "Bueno, decí este trabalenguas, decí este otro, decí lo que fuera y me hacen como un estudio clínico para ver qué tenía". Ahí me diagnostican Migraña con aura, que no es diagnosticada con un estudio de sangre o algo así, sino que es un estudio clínico, preguntas. Después me siento y me pasan un remedio intravenoso para la migraña, como 40 minutos, o 1 hora. Y el dolor seguía muy punzante, entonces, me pasan otro remedio más fuerte. Después me hicieron también el resto de estudios para descartar cualquier otra cosa, y me dieron una serie de cosas de qué hacer frente a un dolor de cabeza.
Obviamente saqué turno con neuróloga, con Sol Cavanagh, y me dice, que la migraña es con aura cuando afecta diferentes aspectos, ya sea la visión, el lenguaje, etcétera. Y que el proceso se da muchas veces cuando estás ovulando o en ciertos períodos y que lo puede gatillar mucho el cansancio o el estrés.
Yo había tenido un mes muy estresante, ahí me di cuenta. El proceso es como que aparece el hormigueo y después el gran dolor de cabeza. Por eso lo que te dicen es que sí o sí tenés que tomar algo para el dolor porque si lo dejás pasar es imposible de parar, cada vez es peor, que era lo que me pasó a mí.
En conclusión, me quedé tranquila de que no era algo grave, pero lo que me preocupó y me dejó pensando es decir: qué impresión llevar a mi cuerpo tan lejos, ¿no? ¿Amerita lo laboral semejante estrés? Si yo nunca tuve dolor de cabeza y, de repente, me empiezan a aparecer, me lo tomé como un gran llamado atención. Ahora trato de equilibrar mejor, frenar. Arranqué a hacer natación, algo que me gusta, que lo puedo disfrutar. Empecé a hacer pilates para estirarme.
Decidí tener más tiempo para mí, bajé 20 cambios: suspendí algunas cosas de trabajo y a partir de ahí nunca más volví a gatillarlo, a tener ese dolor de cabeza. Al principio, las poquitas veces que me apareció un dolor, me tomé el remedio que me dieron, pero lo habré tomado dos o tres veces, no mucho más.
La realidad es que cuando estoy muy cansada o tengo un leve dolor de cabeza digo: "Esto me está queriendo decir algo". Entonces ahí me trato de regular y freno. Es lo que aprendí de mi experiencia.
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