Lucho Mellera: "Dedicarme a la comedia requirió mucha valentía y creer un poco en mí"

"Cambió el humor, porque, sobre todo, en estos últimos años aprendimos muchas cosas, lo que se puede llamar “deconstrucción”. Aprendimos que hay cosas que antes nos causaban gracia y que tal vez no son tan graciosas porque la víctima sufre, porque es más lo negativo que lo gracioso, pero no quiere decir que no se pueda hacer chistes con todo. Se puede hacer chistes absolutamente con todo. El tema es dónde ubicás a la víctima de lo que estés hablando. Creo que en eso cambió mucho, pero también, sobre todo, el público argentino entiende que no hay límites para el humor. Es muy abierto y sabe que se puede reír de algo sin sentir culpa. Y eso está buenísimo, porque sí, ya tenemos claro que no hay que burlarse de minorías, que no hay que burlarse de víctimas. Ya lo entendimos, pero podemos hacer un chiste con eso. No de ellos o hacia o contra ellos, pero sí sobre el tópico y tal vez la incomodidad de que todos seamos conscientes de que no hay que reírse de eso ya genera risa y la gente lo entiende. Se puede hacer chiste con todo, y el público, sobre todo el de la comedia en forma de stand up, creció mucho y maduró. Entonces, también pretenden más del comediante, lo cual hace subir la vara, y eso es genial. Eso nos hace mejores comediantes y hace un mejor público. El comediante tiene algo de ego, de que le quiere ganar al público, no quiere que se le ría de todo. Somos comediantes, no bufones, no queremos que se rían de nosotros a cualquier precio. Hay algún mecanismo intelectual al que acudimos, y cuando lo logramos, cuando destrabamos eso, cuando logramos que el que estaba cruzado de brazos serio se afloje y se ría..., esa la leña que mantiene prendido al comediante". 

Lucho Mellera