Los vinos tintos ligeros son tendencia: cómo identificarlos, consejos para consumirlos y cuáles probar

 

Samara Portela, sommelier de Soler Vino Pizza (@solervinopizza), una vinoteca y winebar que ya tiene dos sucursales en Palermo, afirma que los vinos tintos ligeros viven un auge. ¿Cómo se explica que los tintos ligeros sean cada vez más elegidos?  

Ella cuenta que esto, en parte, se explica porque muchas más personas empezaron a apreciar que, para que un vino sea considerado deseable, no hace falta que tenga mucho cuerpo o altos niveles de alcohol, como se creía antes.

Además, considera que los tintos ligeros son grandes aliados. Y se explaya: “Los tintos ligeros van muy bien con una gran variedad de comidas y son ideales para situaciones relajadas, en las que el vino acompaña al momento, como una copa al atardecer o una juntada entre amigas. En ese contexto, se tiende a valorar más la frescura y no tanto la intensidad”. 

La sommelier consultada define a los tintos ligeros como un vino más fluido con taninos delicados y alcohol moderado. “Los ligeros tienen alta tomabilidad, como decimos informalmente; es decir, son mucho más fáciles de beber. En Francia, los llaman vin de soif (vinos de sed) porque su valor está en su frescura y en que se pueden disfrutar solos o con un plato ligero”. 

Este tipo de vino se obtiene por las características naturales de la uva con la que fue hecho o por el tipo de elaboración que tuvo.  

Si hablamos de uvas, las cepas ligeras son aquellas de pieles más finas que aportan una menor cantidad de taninos. Tal como nos explica, los taninos son los responsables del color, la textura y parte del cuerpo del vino.

 

La cepa ligera más conocida del mundo es la Pinot Noir y también se puede mencionar la Sangiovese y la Bequignol. “En Argentina, también tenemos la suerte de tener uvas Criollas (cruces naturales que se dieron en nuestros suelos entre uvas traídas por los jesuitas), como Criolla Chica, Criolla Grande y Moscatel Tinto, que se distinguen por su ligereza, frescura y gran sabor”, menciona Samara. 

Respecto a la elaboración, los tintos ligeros también se pueden lograr con cualquier uva tinta que pasa por maceraciones más breves -extrayendo menos color y taninos- o por una técnica llamada maceración carbónica que se utiliza para resaltar sabores más frutados y refrescantes. 

Tal como nos explica la sommelier, los tintos ligeros presentan colores más claros, en ocasiones semejantes al granate. Su intensidad aromática suele ser alta con notas de frutas frescas, flores, hierbas y/o especias frescas, según la cepa y el método de elaboración. En boca, son fluidos y vibrantes con una textura sedosa y una gran frescura. Y, en general, tienen baja graduación alcohólica, de entre 12,5 % y 13 %.  

"En su mayoría son vinos jóvenes (sin crianza) o que reposan por algunos meses en huevos de concreto o barricas de muchos usos que no aportan ni aromas ni taninos, sino que ayudan a “redondear” al vino", apunta.

El hecho de que sean ligeros no significa que sean poco complejos: algunos pueden tener muchas capas aromáticas, buena estructura y/o largo de boca, según el viñedo del cual provienen y las decisiones tomadas por su productor”.  

Según Samara, la sommelier de Soler Vino y Pizza, el aumento en la oferta de vinos naturales, biodinámicos y orgánicos, seguramente también influyó en esta tendencia hacia los tintos ligeros, ya que la baja intervención química suele resaltar la ligereza y la acidez, a la vez que propicia una estructura más delgada.

“Este tipo de vino es cariñosamente llamado glou glou en el mundo del vino natural y es otra forma de decir que se trata de un vino de gran tomabilidad”, suma la experta. 

"Al ser vinos refrescantes, conviene tomarlos a menor temperatura que la de un tinto encorpado, pero no tan frío como un rosado o blanco. Personalmente, recomiendo guardarlos por lo menos 20 minutos en la heladera antes de abrirlos", informa la experta.

"Al servir, no es indispensable mantenerlos en una frapera con hielo ya que, con el paso del tiempo, cuando ganan un poco de temperatura, se van abriendo nuevos aromas: una buena forma de ver cómo cambia su expresión minuto a minuto. En Soler, hacemos el servicio de esta manera, pero si el cliente considera que amerita una frapera, por supuesto la traemos”. 

“Lo mejor de los tintos ligeros son su versatilidad a la hora de combinarlos con comidas. Al atardecer, lo más divertido es pedir picada (que trae prosciutto, salame, brie, stracciatella, focaccia y aceitunas) y la Criolla Chica de Soler, un vino de marca propia elaborado junto al productor Matías Morcos, que proviene de viñedos ancestrales del Este de Mendoza, con aromas de frutas rojas frescas y un cuerpo muy ligero. Súper glou glou. 

Los tintos ligeros también acompañan muy bien las pizzas, por ejemplo, un maridaje sobre el que indagamos en esta nota de OHLALÁ!

En la bodega Castel Conegliano, que elaboran vinos de influencia oceánica, son apasionados por los vinos tintos ligeros. "Todos nuestros productos buscan frescura, ligereza y delicadeza, cualidades que los hacen muy versátiles para todo el año, pero especialmente ideales para disfrutar en épocas de calor”, señalan. 

“Lo genial de los vinos frescos en esta época del año, cuando empieza el calor, un poco lo dice ya el nombre, es un vino que te da esa sensación de frescura, son fáciles de tomar, no te generan esa sensación de pesadez de alcohol ni de astringencia exagerada”, apuntan los expertos. “Son muy bebibles al mediodía con el almuerzo, o en una linda noche cálida, y también, algo no menor, al ser menos alcohólicos y más suaves es más fácil disfrutar sin excederse”. 

La bodega Castel Conegliano, con una fuerte impronta italiana, tiene vinos que sorprenden porque son de influencia oceánica, ya que está afincada en un terroir único de las Sierras Atlánticas de Mar del Plata. 

 

Tal como mencionaba la sommelier, para poder apreciar las sutilezas de los vinos frescos lo primero que sugieren es tomarlo a temperatura justa, ni muy frío ni a temperatura ambiente, y maridarlos con comidas también de tipo “frescas”, por ejemplo, platos fríos, ensaladas, pescados y mariscos, fiambres y quesos. Un fin de tarde con una picada, rabas; o una comida con ceviche, sushi, pastas ligeras con salsas tipo al limón o con frutos de mar. 

“A diferencia de vinos intensos o complejos, los frescos y ligeros no saturan las papilas, lo que permite una experiencia muy agradable durante toda la comida”, enfatizan. En su caso, tienen el Pinot Noir Il Pazzo, que es «el loco», un vino tinto joven, de tonos violáceos y cereza, notas aromáticas frescas de casís y mora. 

Fruto representa la línea de baja intervención de la bodega Martino Wines, caracterizada por su amabilidad, frescura y facilidad de consumo. Su nombre juega con la dualidad de aludir al fruto literal de la vid transformado en vino, y a su vez, a ser el resultado de experiencias, enseñanzas y del camino transitado. 

El Fruto Clarete es un vino elaborado a partir de un 90 % de Syrah el cual está cosechado en dos etapas. En la primera etapa la cosecha es temprana para aprovechar al máximo su expresión frutal y su acidez natural sometida la uva a un prensado suave. Y una segunda etapa de cosecha donde se deja que madure un poco más para que logre una mayor concentración y así luego lograr el blend perfecto entre ambos vinos cosechados en tiempos diferentes. 

Se obtiene un vino ligero de color, con un marcado perfil aromático. Se lleva a la botella sin filtrar, esto contribuye a tener una intensidad aromática elevada. En boca se presenta fresco y vibrante.