Cambió de vida luego de separarse: “Me fui a vivir a la selva con mi hija”
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, se mudó a Costa Rica con su beba de un año. Hoy hace retiros para madres y niños por el mundo.
19 de octubre de 2024
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, decidió mudarse a Costa Rica con su beba de un año. - Créditos: Gentileza de Clara Morberg (@claramorberg)
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, decidió mudarse a Costa Rica con su beba de un año. Hoy hace retiros para madres y niños por el mundo. En primera persona, cuenta su experiencia.
"Encontré en el yoga toda la luz que estaba buscando"
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, decidió mudarse a Costa Rica con su beba de un año. - Créditos: Gentileza de Clara Morberg (@claramorberg)
Cuando tenía veinticinco años, me puse a practicar yoga. Venía de una historia de mucha fiesta, de drogas, y en ese momento dije “basta”. Con mi novio de entonces empezamos a tomar clases de ashtanga una vez por semana en nuestra casa. Cuando nos separamos, yo quería seguir practicando, porque había encontrado algo ahí. Empecé a ir a una sala con Andrea Martínez todos los días. Era mi lugar de sanación pura, donde siempre estaban abiertas las puertas para recibirme, sin importar cómo estuviera. Era un lugar de apoyo. Encontré en el yoga toda la luz que estaba buscando. Un año después, me fui a India a estudiar, y después empecé a dar clases.
“Me mudé a Tulum, sin conocer a nadie allí, y enseguida quedé embarazada”
Desde 2017, cuando volví de India a Argentina, había algo que me llamaba de ir a México. En ese momento, casi me voy a trabajar como directora de arte, pero no sucedió. De todos modos, había (y aún hoy hay) algo en ese país que me atrae mucho. Siento que es como la India de América, hay muchas similitudes. Pienso en México y me pasa algo en el cuerpo, algo más “álmico”. Sabía que había algo para mí ahí, así que unos años después me fui a vivir a Tulum sin conocer a nadie, sin haber ido nunca. Fui en búsqueda de esa sabiduría que tienen con la vida, la muerte. Y, de hecho, me enteré de que estaba embarazada el Día de los Muertos. A las tres semanas de conocer al papá de Venus, no me venía y me hice un test, pero segura de que me iba a dar negativo. Vi “positivo” y se me congeló el cuerpo. Más allá de si decidía seguir con el embarazo o no, sabía que ese momento me cambiaba la vida, que iba a haber algo impreso en mí, en mi historia, para siempre. Pero no dudé en tenerla, a pesar de que sabía que el padre no me iba a acompañar, a pesar de que mis amigas me sentaron y me dijeron: “No es alguien con quien tener una hija”. Pero lo sentí tan natural..., como algo que tenía que pasar, que seguí.
“Vengo de una familia tipo y tuve que desestructurar mi idea de mamá y papá”
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, decidió mudarse a Costa Rica con su beba de un año. - Créditos: Gentileza de Clara Morberg (@claramorberg)
Yo vengo de una familia tipo: mamá y papá juntos y tres hermanos. Y si bien tengo una cabeza abierta donde puedo desestructurar la idea, me había armado la imagen de una mamá y un papá juntos para mi hija. Pero no. Así que tuve que desarmar la ilusión de la familia y de tener un parto en Tulum, en el Caribe, paradisíaco. Volví a Argentina y hablé con una de mis mejores amigas y, para mí, referente de la maternidad, que luego fue mi doula. Hicimos equipo con una partera y tuve el parto en la casa de mis viejos en Pilar. Me encontré con lo difícil que es irse por una alternativa a la hora de parir, así como elegir una vida distinta, más natural. Me informé mucho, me acompañó mi amiga, que ya había tenido sus partos en domicilio. Estaba tan tranquila con eso... Estuve muy conectada todo el embarazo con Venus. Más allá de todos los problemas con el papá, él estuvo en el parto y en ese momento los dos sabíamos cuál era el trabajo como equipo que teníamos que hacer.
“La maternidad sacó mi mejor versión”
A mí me gusta hacer mucho hincapié en la mamá, porque está todo muy bebecéntrico y a veces nos olvidamos de que la mamá tiene que poder estar bien para el bebé. Antes, o en comunidades como en la que vivo ahora, había muchas mujeres ahí ayudando para que la madre se recompusiera. Pero ahora, sobre todo en la ciudad, eso no está, y después entramos en muchos problemas de salud mental, porque no tuviste tiempo de procesar, de integrar, de sanar, de descansar. A mí el puerperio se me vino encima. No me sentí contenida en absoluto. En el medio, mi mamá cayó enferma y murió. Entonces, no tuve ese sostén, que creo que es muy valioso e importante. A cada mujer embarazada que conozco hoy le digo: organicemos tu posparto para que puedas realmente entregarte a ese bonding con tu bebé. Todo lo otro se resuelve: con la comida, la casa, la ayuda con los niños, si necesitás un masaje. Es sentir ese sostén y sobre todo de las mujeres. A mí la maternidad me abrió el corazón a un nivel de amor incondicional y de servicio. Despertó una sabiduría en mí. Me trajo mucha luz, mucha calma, y siento que saca mi mejor versión. Siempre querer estar ahí, siendo mejor para mi hija.
“En la selva encontré mucho sostén y contención de otras mujeres”
Milagros Granitto, tras su separación con su pareja, decidió mudarse a Costa Rica con su beba de un año. - Créditos: Gentileza de Clara Morberg (@claramorberg)
Ese primer tiempo, estuve en Buenos Aires, pero necesitaba otra cosa. Así que me vine a vivir con Venus a la selva de Costa Rica cuando ella tenía un año y medio. Me gusta la naturaleza y lo salvaje. Tenía a mi mejor amiga viviendo acá, conocía algunas personas, había hecho un retiro y me había encantado el lugar. Quería vivir en la playa y me pareció el mejor lugar. Porque para volver a México, tenía que tener una relación armoniosa con el padre de mi hija, que hoy no existe. Acá siento mucho sostén y contención. Siento que la comunidad está muy abierta a recibir, ayudar y conectarse. Hay una comunidad de mamás re fuerte. También hay un chat de las mamis del pueblo que somos un montón y lo que preguntás, te responden. Está eso de la tribu, del sostén. Si bien a veces es re crudo y duro, creo que es cuán abierta una está a pedir ayuda. Porque si vos pedís, hay manos. Cuando íbamos en el avión, tenía dos valijas, un bebé, un carrito y estaba re nerviosa, no sabía cómo iba a hacer. Pero enseguida estaba la gente al servicio para ayudarme con lo que necesitara. Me he encontrado en situaciones en las que hay familias y veo que los hombres no te hablan porque sos mamá soltera y como que no saben qué hacer, pero también descubrí muchísimas mamás solteras en situaciones muy parecidas a la mía.
“Armé experiencias de viajes pensadas para mamás e infancias”
En un cumpleaños mío me quise ir a un surf trip en Perú y pregunté si podía ir con Venus, y me dijeron que no estaban preparados para niños. Entonces pensé: “hay que preparar viajes con hijos”. Así que decidí crear We Are Togetherness para ofrecer viajes para madres. Porque hay un montón de mamás solteras, e incluso si están en familia, es una experiencia para compartir que es increíble. A mí me encanta viajar y nutrirme de una cultura nueva, de un lugar nuevo, de nuevas personas, de lo distinto.
Así es como surgen estas experiencias creadas para mamás y sus infancias. Por un lado, están orientadas a la mamá para reconectarse con su energía femenina, con esa potencia creadora, porque muchas veces nos desdibujamos en la maternidad, y a veces también la maternidad es muy buena excusa para no hacer nuestro trabajo. Y después, hay otra parte del viaje orientada hacia los niños para que, a través de diferentes experiencias, puedan expandir sus sentidos y trabajar la confianza en sí mismos frente a lo desconocido. Y luego, por supuesto, abordamos el bonding entre infancia y mamá, desde un lado lúdico y creativo. Muchas veces las mamás pierden la confianza en viajar con sus hijos. Pero acá lo bueno es que hay un montón de manos. Si de repente estás abrumada con el capricho de tu hijo, hay muchas manos y, además, vamos con unas asistentas que los cuidan mientras, por ejemplo, las madres hacemos yoga.
“Me encanta ver a mi hija curiosa, explorando entre las plantas, sin miedo”
Irme a la selva creo que es la mejor decisión que tomé. Ver a Venus crecer en un ambiente así, donde nada, trepa árboles, juega con caracoles o cangrejos, me encanta. Apenas nos mudamos fue muy desafiante, porque no teníamos casa ni transporte, siempre dependía de alguien y con un bebé a cuestas. Ahora estamos más acomodadas. Si bien estamos en la selva, no tuvimos ningún encontronazo con algún animal o algo peligroso. Sí una vez hallé escorpiones en casa, pero no pasó nada. Me encanta ver a mi hija curiosa, explorando entre las plantas, sin ningún miedo, siendo libre. En enero Venus empezó el jardín y es hermoso. Ahora tiene sus amigos, incluso se fue una noche a dormir a lo de uno de ellos. Ella estaba feliz y yo me sentí re tranquila. Cuando se pone agotador, pido ayuda a mis amigas.
“Tuve que aprender a pedir ayuda”
Para mí fue un aprendizaje y tuve que practicar mucho la idea de que no tengo que poder todo yo sola, que puedo pedir ayuda, que hay alguien ahí. Además, yo soy muy social, en la playa conocí mujeres que hoy son muy amigas. Venus también es muy dada y siempre te sonríe, es muy fácil. Todavía me estoy acostumbrando con el tema del laburo y buscando mi espacio, pero cada vez que pensé en irme y volver a Argentina, algo bueno sucede. ¿Cuántas veces queremos algo y cuando lo tenemos no lo valoramos porque ya estamos detrás de algo más? Me gusta la Milagros que soy hoy: madre, en medio de la selva con una niña. Estoy muy feliz con quien soy hoy y donde estoy. La maternidad saca mi mejor versión: me dio hábitos para estar bien yo y poder estar bien para Venus, pensar qué ejemplos quiero darle.Estoy haciendo un trabajo re profundo, moviendo un montón de cosas para cada vez sentirme más cómoda con quien soy, y siento que esa comodidad también fluye en toda mi maternidad y mi dinámica.
“La selva tiene lo suyo, pero es una experiencia que la va a nutrir toda la vida”
Muchas veces me imaginé yo en la selva, y ahora lo estoy viviendo con mi hija. Y si bien la selva es hermosa, también tiene lo suyo. Ahora estamos en temporada de lluvia y llueve toda la semana, las cosas se ponen hardcore. Si se te rompe el medio de transporte, estás en el horno. Y lo mismo si tenés algún problema de salud grave. No hay centros de salud tan cerca, quizás el más importante está a media hora en avioneta en San José. Por ejemplo, el otro día Venus se lastimó jugando, se dobló la muñeca, y pensé: ¿ahora qué hago? ¿A dónde voy? Bajé corriendo a lo de mi vecina, una mujer de 83 años que es un amor, la miró y me ayudó. A veces, es necesario tener otra opinión. Pero a nivel salud, tuve que cambiar mi mirada citadina de la medicina natural. Acá, aunque parezca paradójico, por la humedad y los hongos, las lastimaduras tardan más en curar, entonces necesitás una crema más power, no podés dejar “que se cure solo”. Entonces, tuve que romper mi creencia citadina de “lo natural”.
“Está buenísimo hasta cierta edad”
Hoy elijo esto, sobre todo en un momento en el que Venus no necesita estar escolarizada 100%. Está buenísimo hasta cierta edad, después los niños ya empiezan a necesitar otro tipo de estímulo. Acá no hay mucha cultura, hay muy poco arte y también me gustaría que tenga la posibilidad de ver un museo. Pero por el futuro cercano, estar acá está buenísimo, vivir la infancia en la playa. La verdad es que me siento muy reconfortada de poder estar dándole esta experiencia única. Aunque sea uno, dos, tres años, el tiempo que sea, pero sus recuerdos están ahí y la van a nutrir para el resto de la vida. Son esas impresiones que quedan. La posibilidad de crecer en la naturaleza y con los sentidos bien abiertos y expandidos, recibiendo toda la info, es única.
Viajes de madres
Milagro Granitto es profesora de kundalini yoga, artista y creadora de We Are Togetherness, una comunidad de viajes para mamás con bebés. El objetivo de estas experiencias es crear un espacio que permita maternar en tribu mientras se visita un nuevo lugar.
¿Cuándo y dónde? El próximo viaje es a India en abril de 2025. Recorre Jaipur, Vrindavan, Cochi y Munnar para descubrir su cultura, sus tradiciones, la gente, los aromas y colores. Lo que hace única esta experiencia es que está diseñada para que las mamá viajen con su hija/o (de 1 a 7 años) y vivan este destino desde una mirada distinta.
Más info: @wearetogetherness.
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