Cómo nos preparamos si nuestro hijo empieza el jardín de infantes
Dejar a tu hijo por primera vez en una institución educativa puede generar muchas dudas y temores. Algunos consejos para prepararse en familia para empezar el jardín de infantes.
20 de febrero de 2024
Consejos para cuando nuestro hijo empieza el jardin. - Créditos: Getty
Falta poco para que arranquen las clases. Y, en algunas casas, esta es la primera experiencia de escolaridad. Dejar a tu hijo por primera vez en el jardín genera un sinfín de emociones en los chicos, pero también en los grandes que tenemos que acompañar esta etapa.
¿Cómo prepararnos, entonces, para el primer día de clases? Conversamos con la psicóloga infantil Ana Jaramillo Velázquez (@anajaramillo.psicologa) para que nos dé algunas pautas y consejos para este momento.
A veces, el inicio del jardín es desde muy pequeñitos y nos cuesta separarnos por ser ellos tan bebés. Otras, ya son más grandes y eso hace que a ellos les cueste un poco más. Sea cual sea la situación, es un momento muy movilizante para todos, lleno de expectativas, miedos, ansiedades.
"Además de la angustia de separación, podemos observar curiosidad, miedo, desconfianza, cautela, alegría, cansancio, felicidad, exaltación. Los sentimientos y emociones varían en cada niño/a. Son esperables y transitorios, y disminuyen su intensidad en la medida en los niños y niñas van conociendo 'cómo funciona' el jardín, arman un vínculo con sus docentes como referentes afectivos y también con sus compañeros", explica nuestra experta consultada.
Pero no son solo ellos los que tienen emociones encontradas. También nosotras como madres, así como los padres o cuidadores, experimentamos miedo, ansiedad, felicidad ante este momento tan esperado.
"Puede haber frustración entre las expectativas puestas en el proceso y los resultados; pueden experimentar angustia y ansiedades por el proceso de separación que se pone en juego. Además de sentimientos encontrados entre la felicidad de ver que los hijos crecen y conocen nuevos espacios y nuevas experiencias y, a la vez, añoranza por ese niño/a que va dejando de ser pequeño/a. Muchas familias pueden sentir alivio por la posibilidad de compartir con otro espacio el cuidado de los niños y también cansancio por la intensidad inicial de la adaptación que hay que sincronizar con otras actividades laborales y cotidianas. Los mapadres pueden sentir ambivalencia (sentimientos encontrados) y también pueden sentir que este nuevo espacio los confronta con sus hábitos y estilos de crianza", señala.
Prepararnos y anticipar el inicio de clases
Los niños tienen que acostumbrarse a un lugar complemamente nuevo y con personas que no conoce: ¿cómo ayudarlos en el comienzo? - Créditos: Getty
Nos anticipamos con las compras de útiles, ponemos nombre a la ropa y preparamos todo lo necesario para el primer día de clases. Pero no debemos olvidar la preparación emocional. Como en todo en la maternidad, la palabra clave es anticipación. Ana Jaramillo, que también escribió Mi primer año en el jardín (Pupek), propone pensar dos escenarios.
Por un lado, el escenario adulto, donde es importante que reflexionemos sobre las motivaciones que nos llevaron a elegir el jardín, qué expectativas tenemos y qué sentimientos nos genera, para poder ubicar desde dónde le estamos ofreciendo al niño/a esta nueva experiencia. Preguntarnos por qué queremos que vaya al jardín: ¿es para aprender cosas nuevas? ¿es para jugar con pares mientras trabajamos? "Poder tener nosotros como adultos esa claridad mental y emocional, nos va a permitir contarles y explicarles a los niños y niñas acerca de qué es el jardín, que van a hacer allí y para que van a ese lugar; y también permitirá poder sostenerlos y acompañarlos en los momentos donde esta experiencia presente desafíos", enumera Jaramillo.
Respecto al escenario infantil, la psicóloga resalta la importancia de conocer algo del jardín a través de visitas o fotos (para quien es su primer acercamiento), usar libros, armar dibujos para contarle a los niños y niñas de qué se trata la experiencia. "Usar calendarios para contar cuándo comienzan el jardín, en qué momento del día y cómo se vincula con sus otras actividades y lugares cotidianos. Contarle quién lo lleva, qué se hace en el jardín, quién lo acompañará durante esas horas, armar juntos lo que va a llevar en su mochila, contar experiencias familiares de cuando los adultos u otros niños de la familia fueron al jardín. Todas estas son herramientas que pueden ayudar", aconseja.
Jardín de infantes: la tan temida adaptación
La "adaptación" al jardín depende de cada institución. En algunas, encontramos madres y padres acompañando a los niños hasta bien entrado el año y, en otras, los tiempos son más reglamentados. Cada jardín tiene su forma de organizar el período de adaptación, pero es innegable que la presencia del adulto que acompaña a la vista del niño hace que él pueda estar tranquilo y realmente disfrute de lo que sucede en el nuevo espacio.
"Los niños y niñas no saben de antemano qué es un jardín de infantes, no pueden aun representarlo en su mente. Pensemos, por ejemplo, cuando nos dan a probar una comida nueva. Nuestra primera reacción es de extrañeza y de intentar asemejarla a una experiencia anterior conocida; en la medida que vamos conociéndola, comenzamos a construir en nuestra mente imágenes, sensaciones y recuerdos de esa comida. Comprender esto va a permitir poder empatizar con esta sensación de desconocimiento e incertidumbre que pueden sentir los niños y niñas para acompañarlos y explicarles el paso a paso de este proceso", sostiene Jaramillo.
Por eso es clave sentir confianza en las nuevas personas que cuidarán de nuestros hijos, construir un vínculo con el nuevo lugar, nuevos lazos de seguridad y confianza. "Durante este proceso de adaptación, muchas veces, se pone de manifiesto la angustia de separación. Lo observamos como reticencia a separarse del adulto y/o llanto cuando su figura de apego se aleja y se va. Esta angustia se constituye como un mecanismo de supervivencia, por lo tanto lo comprendemos como un miedo evolutivo que tiene un valor adaptativo. Este sentimiento es entendible, cuando pensamos que se quedan con personas que ellos aún no conocen y con quienes no han establecido vínculos de confianza. Este sentimiento es transitorio y va disminuyendo en la medida en que el vínculo con su maestra como referente afectivo y el vínculo con sus pares se va construyendo", explica. Por eso es importante también comprender que pasamos de un momento de adaptación a un momento de integración del jardín de infantes a la vida cotidiana de la familia.
3 consejos para empezar el jardín
1. Preparación mental: ubicar nuestros sentimientos, expectativas, lo que nos implica el inicio de esta nueva experiencia. Cuando preparamos nuestra mente y nuestra emocionalidad, vamos a poder brindarnos como sostén para el otro, en este caso para los niños y niñas. Así podremos explicarles con claridad aquello que viene, cómo funciona el jardín y qué va a pasar en este tiempo que estarán allí. También nuestra claridad mental y emocional nos va a permitir diferenciar los propios sentimientos de los de los niños y niñas.
2. Preparar juntos de antemano la experiencia: recorrer el lugar si es posible, conocerlo en fotos, usar libros, juegos de roles de ir al jardín con muñecos/peluches de los niños.
3. Frente a los momentos de separación, usar juegos: besos mágicos que se intercambian la mamá y el niño y que duran todo el día hasta que se encuentran, son besos mágicos porque no se gastan; se pueden usar abrazos, corazones que se separan y se juntan en el reencuentro. "Sugiero más este tipo de juegos que objetos concretos porque los objetos físicos pueden perderse o dañarse y además en algunos niños quizás pueden generar ansiedad de tener que cuidarlos, sentirlos amenazados o de estar todo el tiempo atento a ellos; pero todo esto dependerá de la respuesta del niño y de ver si es un recurso que le puede servir o no", sostiene la psicóloga infantil.
Algunos libros para acompañar este proceso
Los libros pueden ser grandes compañeros de la crianza. Verse reflejados en los personajes y lleva a pensar cosas de los niños y las niñas. Estas lecturas, acompañadas por un cuidador adulto, nos brindan palabras, imágenes e historias para poder pensar juntos, conversar y resolver emociones propias de este momento tan particular que es el inicio del jardín.
Libros recomendados para empezar el jardín de infantes
Mi primer año en el jardín
Ana Jaramillo
(Pupek, $7.500)
El inicio de clases puede disparar un sinfín de emociones. En esta historia entrañable, acompañamos a Manu a la salita Arcoiris para dar sus primeros pasos en el jardín, lejos de su mamá, su papá y su abuela, donde conocerá nuevos amigos y aventuras.
Amigos
Daniela Sosa
(Catapulta, $16.990)
Hay amigos desde que nacemos y otros que pueden surgir en el patio de la escuela. En esos momentos, donde los chicos y las chicas se pueden sentir más solos, aparecen los amigos como abrazo y contención sin igual. Un adorable libro, que es una celebración de la amistad.
Mamá, hoy empiezo el jardín de infantes
Hyewon Yum
(La brujita de papel, $13.300)
Primer día de Jardín de Infantes para un niño y su mamá. Él está feliz; ella, apabullada. "¿Habrá kiosco en tu jardín? ¿Qué pasa si no tenés tiempo de terminar tu sándwich durante el almuerzo?", se pregunta. Absolutamente encantador en su simplicidad, la autora e ilustradora juega con los tamaños y los colores para revelar magistralmente las distintas emociones que sentimos cuando algo nuevo comienza.