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Criar a los chicos con autonomía: claves para fomentarla

Criar a los chicos con autonomía es importante para el desarrollo de las infancias. Te damos algunas claves para fomentarla.


Criar chicos con autonomía: las claves.

Criar chicos con autonomía: las claves. - Créditos: Getty



Los seres humanos somos la especie que nace más dependiente de sus cuidadores. Pensemos en un bebito que apenas sale de la panza de su mamá, necesita de un adulto que lo alimente, lo cambie, lo abrigue y lo cuide de los peligros. A medida que crece, va adquiriendo ciertas habilidades y ya puede (y quiere) empezar a hacer cosas solo.

El “yo solito” es un hito en el desarrollo y esperable a cierta edad. Acompañarlos a ser individuos autónomos es un trabajo de madres, padres, cuidadores e instituciones educativas. Porque esto no solo impacta en su crecimiento, sino también en su autoestima, en su interacción con otros y en su propia valoración.

¿Cuáles son las claves para fomentar la autonomía de los chicos?

5 claves para desarrollar su autonomía

5 claves para desarrollar su autonomía de los chicos.

5 claves para desarrollar su autonomía de los chicos. - Créditos: Getty

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    Dejá que tome sus decisiones

    Elegimos un hermoso perchero a su altura para que pueda agarrar la ropa solito, pero cuando se pone el pantalón amarillo con la remera verde, saltamos a decir: “¿No preferís la roja?”. Dejarlos que elijan por sus propios medios y respetar esa decisión es aceptar que no siempre va a ser lo que nosotras hubiéramos querido. 

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    Establecé límites

    Permitir a nuestros hijos actuar con autonomía no es dejarlos hacer lo que quieran. Es ayudarlos a que sean capaces de resolver o hacer por sí mismos, dentro de ciertos límites u opciones. Los niños, para un desarrollo saludable, necesitan de nuestra guía, de límites que les enseñen por dónde sí y por dónde no. Necesitan límites positivos que les den seguridad y les permitan comprender el mundo donde viven. 

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    Prepará el ambiente

    Generalmente, nuestras casas están diseñadas para los adultos. Esto hace que dependan de nosotros en tareas muy sencillas y cotidianas como lavarse las manos o los dientes, acostarse o bajarse de la cama. Hacé el ejercicio de colocarte a su altura y observá el entorno desde allí. Vas a detectar los obstáculos para acceder a las mesadas, el inodoro, el lavatorio, la cama, etc. 

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    Esperá a que te pida ayuda

    En muchas ocasiones, los padres se adelantan a las acciones de los niños e impiden que las hagan ellos mismos por falta de tiempo, de confianza o por una sobreprotección, y olvidan que los niños aprenden a ser autónomos e independientes a través de las actividades de su vida cotidiana. Antes de ir a cerrarle la campera o ponerle la zapatilla, esperá. Si necesita ayuda, te va a pedir.

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    Dejalo ir a su propio ritmo

    Es crucial confiar en ellos. Se trata de inspirar más que de controlar. Debemos mostrarles cómo hacer las cosas por sí mismos y no hacerlas en su lugar. Si algo les resulta difícil de hacer, tal vez realizarlo juntos, uno al lado del otro, sea una gran forma de guiarlos. A diferencia de los adultos, los niños disfrutan tanto del proceso como del resultado.

Autonomía: ¿y en la escuela qué pasa?

Por Miriam Goldstein. Asesora de crianza y profesora de nivel inicial. @agrupate.crianza.

Fomentar la autonomía en los niños es esencial para su desarrollo emocional y social. Las instituciones educativas pueden jugar un rol crucial en esta tarea. Los docentes pueden asignarles tareas simples como ordenar sus materiales o poner la mesa durante el desayuno o merienda. Esto refuerza la responsabilidad y el sentido de logro. Además, darles la opción de elegir entre dos actividades o decidir qué cuento escuchar fomenta la toma de decisiones y la autoconfianza. Enfrentar pequeños conflictos en el aula y buscar soluciones juntos también enseña habilidades de negociación y resolución de problemas. 

En el hogar, los padres pueden seguir estos principios y asignarles tareas domésticas o que elijan su ropa. Pero es muy importante proveerles un entorno seguro donde puedan jugar solos, explorar y aprender a entretenerse sin supervisión constante. Si los impulsamos a ser autónomos, al enfrentarse a un nuevo reto, intentarán resolverlo con confianza. En cambio, si un niño no desarrolló esta habilidad, sentirá inseguridad y dependencia de sus adultos referentes para tomar decisiones. 

 

No fomentar la autonomía puede llevar a una dependencia excesiva, limitando la capacidad de los niños para resolver problemas y tomar decisiones. Esto puede resultar en una baja autoestima y una falta de habilidades para enfrentar la vida de manera independiente. 

Es vital diferenciar entre cuidar y sobreproteger. El cuidado implica estar presente y apoyar sin intervenir excesivamente, permitir que los niños experimenten y aprendan de sus errores. La sobreprotección, en cambio, implica intervenir constantemente, lo que puede inhibir su capacidad para enfrentar desafíos y desarrollar habilidades esenciales.

Fomentar la autonomía desde temprana edad es fundamental para su crecimiento integral. Los adultos somos responsables de proporcionarles las herramientas y el entorno para que desarrollen estas habilidades. Al equilibrar el cuidado y evitar la sobreprotección, ayudamos a nuestros hijos y alumnos a convertirse en individuos seguros, independientes y capaces.

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