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Guía de maternidad para primerizas: lo que tenés que saber antes de que nazca tu bebé

La maternidad te abre mil preguntas y un mar de emociones. En el mes de la madre, te proponemos una guía con algunas claves para sumergirte de a poco en una nueva etapa de tu vida.


Ilustraciones de María Eugenia Hernández

Mamá primeriza

Mamá primeriza - Créditos: Getty images



¿Cuna colecho o funcional? ¿Qué cochecito elijo? ¿Huevito o sillita para el auto? ¿Talco sí o no? ¿Cómo doy la teta? ¿Será tan difícil dormirlo? ¿Cómo voy a hacer con la vuelta al trabajo? ¿Seré una buena madre? La maternidad nos abre a un nuevo mundo y un sinfín de interrogantes. Y, por supuesto, las marcas lo saben. Apenas buscás “embarazo”, las redes se inundan de ofertas de miles de productos –algunos imprescindibles y otros que no sirven ni son avalados por los pediatras–. Pero no solo hablamos de la sobreabundancia de cosas “para bebés”, sino también de información, opiniones y recomendaciones que pueden abrumar a más de una. 

En esta nota queremos allanarte el camino y darte una guía para empezar a transitar tu maternidad con información clara y precisa. Además, el puerperio puede sentirse solitario (¡y ni te cuento si tuviste un bebé en plena pandemia!) y ser una montaña rusa de emociones. Por eso, desde OHLALÁ! buscamos darte la mayor cantidad de herramientas posibles, para que puedas anticipar lo que vendrá. Hablamos con distintos especialistas –pediatras, puericultoras, psicólogas perinatales– para que puedas prepararte, tener datos confiables y luego entregarte a surfear, lo más tranquilamente posible, esta nueva etapa de tu vida. 

Como dicen que para criar a un niño es necesaria una tribu, también te compartimos algunas pistas para empezar a armar tu squad de contención, distinguir qué es imprescindible y qué no, compartir los miedos y temores más comunes y saber cuándo pedir ayuda. ¡Bienvenida a esta aventura!

Para empezar: ¿qué necesitás?

Apenas abrimos Instagram, ante nuestros ojos se suceden un montón de objetos para bebés que aseguran ser fundamentales para que nuestro/a hijo/a duerma/coma/se abrigue/no llore y una lista de etcéteras interminable. Pero... ¿son realmente todos necesarios? 

  • Los imprescindibles:

    Hay cosas que vas a necesitar desde el día uno y otras que podrás ver sobre la marcha. Por ejemplo, es indispensable un moisés o cuna colecho para que el bebé duerma los primeros meses. Ya tendrás tiempo para elegir entre cuna funcional o una cama evolutiva para su cuarto. También vas a necesitar un bolso o mochila para llevar pañales, óleo, cambiador (clave uno plegable para paseos y otro rígido en casa), babitas y ¡también tus llaves y celu! Otro es el huevito o butaca para el auto. En muchas clínicas no te dejan salir si no es con huevito en mano. Y cómo olvidarnos del cochecito o foulard –o ambos– para trasladarte con el bebé y que, de paso, duerma una siestita. No compres mucha ropa, ¡crecen rapidísimo!, pero sí que sea 100% de algodón. Otra clave es un buen almohadón de amamantar. El de la puericultora Dani Cimma (@danicimma_lactancia) tiene el tamaño perfecto y se ata a la cintura. Chupetes, mamaderas, sacaleches son cosas para ver en el momento, no te stockees de antemano. 

  • Comprar usados: 

    Hay un montón de posibilidades, a buen precio, en excelente estado, y así también colaboramos con el medioambiente. En Minis Marketplace (minismarketplace.com), podés conseguir cochecitos, cunas, butacas, sacaleches y hasta juguetes. Realizan un filtro de calidad y te muestran todos los detalles. En Comunidad Vestireta (www.comunidadvestireta.com.ar) encontrás ropa divina y en excelente estado. También está el grupo de Facebook Cheap to Cheap Maternidad, donde los usuarios se conectan directamente entre sí. ¡Ojo! Si vas a comprar un huevito, fijate cuántos años tiene y que no haya tenido ningún golpe, ya que tienen fecha de caducidad.

  • Traer de afuera:

    Hay algunos sacaleches, cochecitos y ciertos juguetes que no se consiguen acá. Podés encontrarlos en Tienda Mia, que te indica el monto final en pesos, los impuestos y con algunas tarjetas hay cuotas. Además, tenés garantía de entrega. También está la app Grabr, en la que una persona que viaja te lo trae. Acá tené en cuenta que hay productos que están prohibidos por la aduana de nuestro país y que lo que es importado no suele tener repuestos. 

  • El bolso para la clínica:

    Poné camisones y una bata para vos, bombachas de posparto (bien anchas, cómodas y preparadas para mancharse, ¡no da hacerse la sexy!), corpiños para amamantar, ojotas y un neceser con tus elementos de higiene. Además de una muda de ropa para el bebé. Pañales y apósitos para esos días son provistos por el hospital o la clínica. No te olvides de sumar tu DNI y el del otro progenitor, si lo hay, los últimos análisis de sangre y credencial de obra social o prepaga.  

  • ¿Cuáles son los NO?:

    Empecemos por los niditos de contención. Son divinos, pero ningún elemento suelto en la cuna del bebé es seguro porque puede moverse y asfixiarlo. Tampoco se sugieren las sábanas de arriba ni chichoneras. Otro NO rotundo son los andadores. Incluso, en Canadá desde 2004 están prohibidos. No contribuyen al desarrollo motor del bebé, y pueden perjudicarlo. Un dispositivo atractivo es el chupete para frutas. Pero tampoco es recomendado por los pediatras; es importante la exploración en la transición hacia alimentos más sólidos.

¿Qué no puede faltar en tu bolso maternal?

¿Qué no puede faltar en tu bolso maternal? - Créditos: María Eugenia Hernández

Armar nido: claves para el espacio de tu bebé

Durante meses soñamos con el color de las paredes, buscamos referencias en Pinterest y nos imaginamos con nuestro bebé en su cuarto. Las últimas semanas del embarazo nos suele agarrar un frenesí por tenerlo listo, pero te contamos un secreto: los primeros meses, ni lo va a usar. Acá, algunas ideas para que, con tranquilidad, puedas armar tu nido. 

  • Opciones deco: 

    Lo ideal es un cuarto despejado y en colores neutros. Pensá que con el tiempo se va a llenar de juguetes que le darán colorido. Una buena opción es sumar pisos encastrables o alfombras tipo playmat. Son ideales para apoyar al bebé en el piso y fomentar el movimiento libre, y luego para evitar golpes y caídas. Amamos las de Multiply Kids (@multiply_kids), con diseños en sintonía con el resto del hogar. Para las paredes, elegimos el mapamundi literario de Mapoteca (@mapoteca). Es una obra de arte y una invitación al mundo de los cuentos. Otra opción es un empapelado. En Paste (@pasteskins) tienen rollos vinílicos, murales y hasta tapas de luz con toda la onda. Si buscás armar un cuarto Montessori, los chicos de Lala (@lalamontessori) no solo proveen mobiliario en línea con la pedagogía, sino que te asesoran para armar la habitación a tu medida. 

  • Juguetes para bebés:

    Las opciones son infinitas, pero es importante tener en cuenta la seguridad. Que sean elementos blandos, que no tengan piezas pequeñas que se puedan desprender (¡atenti a los ojos de los peluches!) y que sean acordes a la edad. Hay miles de emprendedores que hacen cosas bellísimas. Algunos de nuestros preferidos para recién nacidos son los arrullos musicales de Mansa Bois (@mansabois), los animalitos de apego de Tienda Kom (@tiendakom) y los sonajeros amigurumis de Equipo Crianza (@equipocrianza). 
     

  • Ropa de cama:

    En Perezoso (@duermeperezoso) podés encontrar sábanas de jersey soft, 100% de algodón con diseños versátiles. Tienen diferentes tamaños, según el tipo de cuna, y venden por separado las de arriba y las ajustables de abajo. Además, ahí mismo podés conseguir el Marmotin, una bolsa de dormir para bebés recién nacidos que los mantiene calentitos, sin tener que taparlos. Está avalado por la FUNDASAP (Fundación Sociedad Argentina de Pediatría).

"Auxilio: ¡voy a tener un bebé!"

La maternidad, por más deseada y planificada que sea, implica una crisis vital, que cada persona transita de una manera absolutamente singular. “Es una especie de montaña rusa emocional que no veíamos venir”, explica la psicóloga perinatal Natalia Liguori. Y señala que, durante la gestación, vamos construyendo la idea de nosotras como madres, de nuestro hijo o hija y el vínculo que forjaremos. No solo aparecen ilusiones, sino también inquietudes y temores. Las preocupaciones suelen estar centradas en la experiencia de parto, la salud del bebé y en cómo haremos para “compatibilizar” la maternidad con los estudios, el trabajo remunerado u otras actividades. Identificar los miedos y ansiedades es importante para poder trabajarlos y encontrar recursos para hacerles frente.

primerizas-interior1.png - Créditos: María Eugenia Hernández

Ser puérpera

La definición clásica dice que el puerperio es “el período de tiempo que dura la recuperación completa del aparato reproductor después del parto, que suele durar entre cinco y seis semanas”. Pero quienes tuvimos hijos sabemos que puede durar meses y, en algunas personas, hasta años. ¿Qué esperar en este tiempo? Es normal que haya cambios de humor, que te sientas agotadísima como nunca y que en muchos momentos quieras llorar. Las primeras semanas puede darse el “baby blues”, una alteración transitoria del estado de ánimo por los cambios hormonales y psicosociales de la maternidad. “Se trata de los altibajos emocionales característicos del puerperio inmediato y de ese llanto ‘sin motivo aparente’. Aunque suelen haber sobradas razones: lloramos mucho de sueño, felicidad, soledad, amor que desborda, incomprensión; a quien fuimos y también a quien ahora somos”, afirma Liguori. Es considerado una respuesta normal y adaptativa.

Pero cuando esa tristeza se prolonga en el tiempo, tenemos que estar alertas a la depresión posparto. 2 de cada 10 madres la padecen (¡y algunos padres también!). Los síntomas pueden aparecer a los pocos días o incluso un año después del parto. Implica tristeza persistente, sensación de vacío y desesperanza, falta de energía, disminución de la capacidad de disfrute, dificultades para vincularse con el bebé y/o sentimientos ambivalentes hacia este, incluyendo hasta posibles pensamientos de hacerle daño en casos extremos. Junto con la psicosis puerperal, son cuadros complejos, prolongados en el tiempo, que requieren rápida detección y un trabajo con profesionales para preservar la salud de la mamá y el bebé.

Saber pedir ayuda

El puerperio es una experiencia intransferible. Pero hay algo en lo que todas coincidimos: es necesario tener ayuda para afrontarlo de la mejor manera posible. Desde armarte una red de sostén hasta anticiparte a la logística doméstica, ¿qué podés planificar de antemano? 

  • 1. Establecé quién se va a ocupar de las tareas de la casa durante el primer mes. Ya sea tu pareja, tu mamá, o alguien que contrates especialmente, esos días el bebé va a requerir toda tu atención y energía. 

  • 2. Organizá tu licencia. La ley argentina establece la opción entre 30 días antes del nacimiento y 60 posteriores, o 45 y 45. También podés charlar con tus jefes la posibilidad de extender esta licencia sin goce de sueldo. Si sos emprendedora o freelance, planificá un ahorro y un reemplazo para estar un tiempo desconectada y centrada en tu bebé. 

  • 3. Freezá, freezá, freezá. El mejor consejo es llenar el freezer con comida rica, sana y nutritiva. También es un gran regalo para pedir a quienes te visitan. 

  • 4. Armá tribu. No solo vas a necesitar ayuda física, sino apoyo emocional. Puede ser una amiga, una hermana, tu psicóloga, un grupo de posparto o todas las anteriores.

Armá tu squad maternal

Durante el embarazo y cuando nace el bebé, vas a recibir un montón de consejos “bien intencionados”, pero a veces contradictorios. Sumado a la sobreinformación de las redes, puede ser que te sientas un poco perdida. Te sugerimos rodearte de profesionales en los que confíes, desde el o la obstetra que elijas hasta el o la pediatra, pasando por otras menos conocidas como las puericultoras o las doulas. 

En Argentina, los médicos obstetras estudian la carrera de medicina y después se especializan en obstetricia. Pueden seguir embarazos de riesgo y hacer cesáreas. Las licenciadas en obstetricia o parteras, en cambio, realizan una carrera más corta, atienden embarazos de bajo riesgo y asisten partos vaginales. Generalmente, ambos trabajan en equipo.

Por otro lado, las puericultoras son agentes de salud especializadas en lactancia materna y crianza, acompañan y asisten a las díadas mamá y bebé. Hoy, la mayoría de las instituciones tienen puericultoras en sus equipos. Muchas que atienden de forma privada también van a tu casa para ayudarte con la prendida a la teta en los primeros días. Y en todo esto, ¿qué hace una doula? “Busca crear un espacio confiable y de contención en el que se promueve el respeto, la intimidad, el empoderamiento de cada integrante de la familia. La idea es que puedan construir su propia manera de gestar, parir y criar”, explica la especialista Ana Quiroga. 
 

Un grupo de especialistas en distintas disciplinas para que armes tu red.

Un grupo de especialistas en distintas disciplinas para que armes tu red.

Lo que nadie te cuenta

Si bien en las redes vemos las fotos de madres hipersonrientes con su bebé recién nacido, no todo es tan color de rosas. Tener un hijo o una hija es el amor más grande, sí, pero no a todas les surge de modo inmediato. De golpe, estás en tu casa con una criaturita que es pura demanda, que no para de colgarse de tus tetas y hacer caca y que no te deja dormir. Es intenso y, a veces, puede costar conectarnos. Es perfectamente normal mirarlo enamorada y, minutos después, querer salir corriendo cuando se pone a llorar a las seis de la tarde sin que sepas por qué. Duele ir al baño, duele la espalda, las tetas, quizás hasta sangrás (los famosos loquios) y ese pelo bellísimo del embarazo se te empieza a caer. Como ya dijimos, el puerperio es duro física y emocionalmente. 

Pero también puede ser una oportunidad para aprovechar ese “tiempo sin tiempo” y conectarse con las pequeñas cosas: la mirada y los primeros gestos de tu bebé, el agua caliente de la ducha sobre los hombros, el contacto piel con piel con tu cachorro, el rayo del sol en la cara cuando paseás en cochecito, un masajito de tu pareja en el cuello mientras amamantás o una rica comida que trajo una amiga. Acá la clave está en ir día por día y en saber que “hoy no es siempre”. Todo pasa y, cuando te quieras acordar, esa bolita de pelos va a ser un chiquito que entra corriendo al jardín y apenas te tira un chau al pasar.

Expertas consultadas: 
Ana Quiroga. Doula. @doulaentribu.
Natalia Liguori. Psicóloga perinatal. @psiliguori.
María Villarreal. Licenciada en obstetricia. @embarazo.parto.posparto.
Sabrina Critzmann. Pediatra. @sabrina.pediatraypuericultora.

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