Padres separados y límites: ¿cómo criar en casas diferentes?
Si la crianza no es fácil cuando somos dos, menos lo es cuando nos separamos. ¿Cómo establecer límites cuando, muchas veces, las personas adultas no estamos de acuerdo? Algunas claves para tener en cuenta.
16 de septiembre de 2024
Límites y padres separados: ¿cómo ponerse de acuerdo?
Separarse es una decisión que no se toma a la ligera. Y, menos aún, cuando hay niños y niñas de por medio. Separarse de una pareja trae muchos aprendizajes sobre una misma, pero también tenemos que aprender a ser madres y padres separados, a ser una familia en dos casas. Porque, a fin de cuentas, aunque el vínculo amoroso se haya roto, tenemos que tener presente que los hijos en común siempre nos van a unir a la otra persona. Mejor o peor, pero durante toda la vida.
No importa cuál sea el motivo de la ruptura, es una realidad que, muchas veces, el quid de la cuestión está en una falta de acuerdos. Pero, entonces, ¿cómo nos ponemos de acuerdo sobre la crianza si ya no vivimos juntos? ¿cómo establecer límites comunes si pensamos diferente? ¿cómo darle lo mejor a nuestros hijos e hijas si estamos aún dolidas o dolidos con el otro?
"Los padres, cuando se separan, dejan de ser pareja pero siguen siendo papás. Por eso es fundamental que mantengan una comunicación fluida y abierta. Es importante que puedan diferenciar que la pareja se rompe pero siguen siendo una 'pareja de padres' por eso es necesario sentarse y realizar acuerdos claros sobre los límites y normas que ambos van a respetar en sus respectivos hogares. La coherencia les va a dar seguridad a los niños, evitando que sientan la separación como 'Un bando que elegir'", explica la psicóloga perinatal Manuela Dávalos Escudero (@psicomanudavalos).
Herramientas para afrontar una separación
Como adultos tomamos la decisión de separarnos. Se lo comunicamos a nuestros hijos e hijas. Tal vez, hasta compramos algún libro para leerles a la noche para poder abordar el tema. Pero después, viene la realidad. No tomas las rupturas son iguales, ni por los mismos motivos, ni igual de amigables. ¿Cómo hacemos para acompañar a los chicos en este proceso?
"Los adultos tenemos que fomentar la comunicación abierta y validar sus sentimientos. Somos quienes tenemos que dar el ejemplo, por eso antes tenemos que practicar la comunicación abierta y válidar nuestros sentimientos para que puedan aprender por imitación. Utilizar enseñarles técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, pintar o realizar arte. Que realicen de actividades que disfruten. Saber que seguimos siendo pareja de padres les dará la tranquilidad y la sensación de que ambos padres están comprometidos en su bienestar", explica nuestra experta consultada.
¿Y qué pasa cuando la separación no es en buenos términos y ni siquiera podemos hablar con nuestra ex pareja? "Los hijos deben ser protegidos, no se deben usar como intermediarios. En estos casos deben encontrar maneras alternativas de comunicación: pueden ser por aplicaciones, WhatsApp o un tercero que sea parcial si es necesario. De todas maneras, se debe priorizar el bienestar de las infancias, por eso es fundamental realizar consultas oportunas y trabajar en la comunicación para proteger de conflictos a los hijos e hijas. Es fundamental que ellos no sean lo mediadores entre sus padres", advierte.
La comunicación abierta es clave para la crianza en casas separadas
Casas separadas, ¿reglas separadas?
Si muchas veces no nos ponemos de acuerdo en el propio hogar, ¿cómo hacemos cuando los chicos viven en dos casas diferentes? En la casa de la otra persona va a haber cosas que se nos escapen y seguramente haya cuestiones que sigamos pensando que las hacemos mejor nosotras. Pero, para que sea más fácil el hecho de tener “dos casas”, es importante que los niños y las niñas mantengan una rutina parecida. "En ese común acuerdo, es importante establecer rutinas/reglas que sean innegociables para ambos y para que los niños y niñas se sientan en su hogar. Es esperable que haya algunas diferencias en las reglas y rutinas de cada casa. El poder ser coherente con el estilo de crianza propio de cada mapadre es necesario, pero es importante que existan los acuerdos en relación a las rutinas. De esa manera los hijos sentirán seguridad y se adaptarán a las diferentes reglas sin generar confusión o estrés", señala Dávalos Escudero.
También es clave que los chicos tengan objetos que los hagan sentir seguros en ambos hogares, por ejemplo dos juguetes de apego. "Es importante mantener consistencia en los acuerdos previos como actividades extracurriculares y horarios. Que sean ambos padres quienes los busquen del colegio, los lleven a almorzar, a alguna consulta médica. Esto les dará la cotidianidad a los chicos de que no han 'perdido' ningún padre más que otro", agrega.
"Pero en casa de papá..."
Poder poner límites de forma amorosa es la base de la crianza. Pero, sabemos que los chicos y las chicas son muy hábiles para ponerlos en cuestión. Y más aún, si puede recurrir al famoso "pero en casa de papá me dejan…” y acá completamos con lo que sea: ver más tele, comer más golosinas o salir hasta más tarde. Frente a una separación, muchas veces, los chicos "aprovechan" la situación. "Los chicos intentan negociar o 'probar' los límites, especialmente en situaciones de separación. Es importante que no sean los padres que realicen ese tipo de comentarios 'que tu papá/mama haga tal cosa'. Si los adultos son quienes mantienen una coherencia los chicos imitarán. Es importante sostener una postura firme pero comprensiva, explicando que cada casa puede tener sus propias reglas y que eso no significa que una sea mejor que la otra. Siempre poniendo en palabras la importancia de los límites y su relación con la seguridad y bienestar de los chicos. Ello hará sentirse contenidos y amados por ambos padres y que quieren lo mejor para ellos", afirma nuestra experta.
Esto se debe reforzar aún más, cuando armamos una nueva familia. Las familias ensambladas son una tendencia que crecieron un 50% en los últimos diez años. Con "los tuyos, los míos, los nuestros" entramos en el terreno pantanoso de diferentes estilos de crianza. "La comunicación abierta y asertiva siempre es una excelente alternativa. En una familia ensamblada es importante tener conversaciones sobre las expectativas y los estilos de crianza propios de cada familia de origen. La adaptación debe ser gradual, con empatía y paciencia. La creación de nuevas rutinas y reglas del nuevo hogar deben intentar integrar lo mejor de cada hogar. De esa manera se respeta la historia, los estilos y las costumbres de cada niño. Depende de la edad, los chicos y las chicas también pueden aportar sus experiencias, proponer desde su lugar algún ritual, hábito que quisieran sostener (siempre con la negociación de adultos). Esto les dará una sensación de bienestar y apropiación de nuevas rutinas y del nuevo hogar", concluye Dávalos Escudero.
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