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5 claves para mantener el equilibrio en la pareja si llega una crisis

Esta es una guía práctica para mantener el equilibrio cuando el vínculo con tu pareja entra en crisis.


pareja relajada

5 claves para tener un buen amor - Créditos: Getty



¿Hay algo mejor que la adrenalina de la carne nueva? La oxitocina del llegar a casa”, respondió Alejandro Schujman, el licenciado en Psicología, escritor y conferencista especializado en vínculos que pasó por OHLALAND, el streaming de OHLALÁ! que puede verse en vivo todos los jueves a las 11 por YouTube. Hablamos con él sobre el buen amor de pareja y las claves para sostener vínculos de larga data sin que la rutina y las diferencias que puedan ir surgiendo nos pasen por arriba.

“La casa tiene que ser un lugar seguro y confiable en donde uno se pueda resetear. Con todos los conflictos que puede llegar a haber, obvio, podés tener una gotera, podés tener humedad, hay problemas en la casa, pero es CASA y eso tendría que ser el buen amor que todos nos merecemos”, continuó Ale con la metáfora que nos hizo profundizar sobre el vínculo perdurable en tiempo de amores líquidos, que nos hizo entender que, para amar bien, hay que ser valiente y trabajar en lo cotidiano.

1 - HACERSE TIEMPO DE CALIDAD

Para que el amor no se vaya perdiendo, hay que ir viendo las señales que van apareciendo, mantener los sentidos activados, mirarse, sentirse, estar atentos para que no se mueran los sueños en la pareja, que no se mueran los proyectos juntos. La rutina juega en contra de esto y muchas veces, cuando llegan los hijos, el tres mata al dos y la pareja se deserotiza completamente, pierde el foco. Es fundamental que siga habiendo momentos de encuentro, aunque sean ratitos, en el día a día. Las pantallas son otro gran tema en la pareja, en general en los vínculos, pero en las parejas es un dramón. Tenemos monitores encendidos y miradas apagadas. Hay que dar vuelta esa ecuación, mirarse a los ojos y regalarse tiempo de calidad.

2 - DISFRUTAR DEL BRILLO DEL OTRO

Es hermoso poder disfrutar con el brillo del otro y que el brillo del otro no sea una amenaza sino todo lo contrario. Entender que si los miembros de la pareja son felices y hacen lo que quieren, esto los potencia, potencia a la pareja y hace, en definitiva, que la rueda gire para adelante, que funcione. Incluso, muchas veces, el trabajo de la pareja también es hacer que el otro pueda sacar ese brillo o talento que no sabe que tiene. Es mirarse, acompañarse y potenciarse. Es la solidaridad vincular de la que habla el terapeuta Fernando Rubano la que propone ir monitoreando al otro y ser monitoreado al mismo tiempo sin perder la individualidad. Estar cerca para cuidar y lejos para no asfixiar. Es pedalear juntos, manteniendo el equilibrio.

3 - TENERSE PACIENCIA

En tiempos en que el estrés es moneda corriente y todos estamos agotados, hay que estar atentos a no terminar enojándose justamente por estar cansados. Aplicar el “time out” (o tiempo fuera), contar hasta 10, salir a dar una vuelta manzana, pensar antes de hablar y no lastimar por lastimar. Hay que trabajar la paciencia y siempre elegir las batallas. Uno tiene que ver cuándo se juega cuestiones del ego de “yo necesito tener razón en esto” y cuándo puede convivir con pensar diferente. El autoconocimiento acá es clave para determinar qué cuestiones son esenciales e innegociables en el vínculo de pareja y con cuáles se puede convivir sin sobreadaptación.

4 - BANCARSE LAS CONVERSACIONES INCÓMODAS

Con relación al punto anterior, es clave tener buen diálogo. Si hay algo que sí molesta y que no se puede ni se quiere negociar, hay que decirlo. Las conversaciones incómodas son absolutamente necesarias y saludables en todos los órdenes de la vida, y en la pareja también. “Mirá, no me estoy sintiendo bien, esto me está molestando”, “necesito más de esto o menos de aquello”. El vínculo es una ecualización permanente y, si se hace bien el trabajo, es posible trascender las dificultades y encontrar más puntos de encuentro.

5 - MIRAR CON TERNURA

Conectarse con la ternura, mirar al otro con una mirada tierna, más amorosa, con ojos de niño. Esta mirada amorosa, que, además, trae aparejada admiración por el otro, no solo ayuda a decir más cosas lindas, sino que además es una buena herramienta para cuando se le quiere hacer una crítica al otro sobre su manera de ser o su accionar. Hablar no desde el juicio sino desde una mirada que entiende las diferencias, que es más flexible y que, ante todo, piensa bien. La enorme mayoría de la gente en el mundo es gente buena; gente jodida, hay muy poquita. Ojo con adjudicarle intencionalidad a todo lo malo que hace el otro. “Me lo hace a mí”. Hay muchas cosas que no es que se las hace a la pareja, sino que las hace porque es así, y si se puede entender desde la ternura y desde el amor, poniendo límites, delimitando espacios, puede ser todo mucho más fluido.

 

¿Sirve la terapia de pareja?

Es lo mismo que el odontólogo. Si te duele una muela y apenas te duele vas al dentista, a lo mejor con un pequeño arreglo se salva. Si lo postergás, seguramente termina en extracción. Si la terapia de pareja llega con el vínculo muy deteriorado, es cierto que solo sirve para ayudar a que se separen de la manera más amorosa posible. Ahora, cuando una pareja llega a tiempo, hay muchísimas cosas para hacer, siempre y cuando todavía se quieran. ¿Cuándo consultar, entonces? Cuando el nivel de malestar es superior a la capacidad de gestión que se tiene. Si entre los dos hablan una vez, dos, tres y hay un malestar que hace que se vayan a dormir con una opresión, angustia en el pecho, en la garganta, si hay algo ahí que hace ruido, hay que pedir ayuda, sin miedo, cuanto antes, mejor. 

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