Aumentan los casos de infecciones causadas por la bacteria estreptococo: lo que tenés que saber para cuidarte
Aumentan los casos de infecciones causadas por la bacteria estreptococo. El médico clínico Ramiro Heredia, médico clínico nos cuenta todo lo que hay que saber sobre el Streptococcus pyogenes y cómo podés cuidarte.
29 de noviembre de 2023 • 13:54
Aumentan los casos de infecciones en la garganta. - Créditos: Getty
Los casos de infecciones invasivas causadas por la bacteria estreptococo pyogenes se incrementaron, según el último Boletín Epidemiológico Nacional, y se registraban 643 casos confirmados al 18 de noviembre pasado. Se trata del mayor número de casos registrados desde 2018, cuando se incorporó el evento a la notificación al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud.
Por eso, desde la cartera sanitaria y especialistas recomendaron realizar la consulta médica ante síntomas como dolor de garganta, fiebre, erupción cutánea.
El médico clínico del Hospital de Clínicas Ramiro Heredia explicó que el streptococcus pyogenes es una bacteria del grupo de los cocos gram positivos. Es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda. Es, a su vez, responsable de más de 500 mil muertes anuales en todo el mundo.
Streptococcus pyogenes: todo lo que tenés que saber
La enfermedad se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos. El tratamiento de elección es la penicilina. Es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda.
Afecta a personas de todas las edades, pero, en particular a niños, hasta el 50% de los chicos en edad escolar tienen portación asintomática de esta bacteria.
Comunmente, origina distintas infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina. Sin embargo, en ocasiones, puede presentarse como una forma grave o enfermedad invasiva, que puede provocar condiciones potencialmente mortales.
El reservorio es el humano, es decir, merced a las personas, en donde forma parte de su flora natural. Los seres humanos pueden ser portadoras asintomáticas.
La transmisión ocurre por contacto directo con una herida en una persona infectada, a través de gotitas eliminadas con la tos, por estornudos o al hablar.
Es la “número 1” de las faringitis bacterianas.
Su período de incubación varía de acuerdo con la presentación clínica, entre 1 a 3 días.
La eficacia clínica de la penicilina, que es el tratamiento por elección, se basa en la excelente sensibilidad que las cepas presentan frente a este antibiótico.
Transcurridas las primeras 24 horas, elimina la capacidad de propagación y permite la reincorporación a las actividades habituales.
La higiene de las manos y la personal pueden ayudar a controlar la transmisión.
En raras ocasiones, la infección puede conducir a otras complicaciones como:
- Enfermedad invasiva, potencialmente mortal, como la fascitis necrosante o necrotizante, el síndrome del shock tóxico estreptocócico y otras graves.
- Enfermedades post-inmunes como glomerulonefritis posestreptocócica, fiebre reumática aguda y cardiopatía reumática.
Recomendaciones para prevenir infecciones
Los síntomas de la faringitis son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, enrojecimiento de faringe y amígdalas, mal aliento, ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
Los de la escarlatina, en tanto, son garganta roja y dolorosa, fiebre (38.3 °C o más), erupción color rojo con textura de papel de lija, piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle, recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta, lengua «aframbuesada”, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, inflamación de los ganglios, dolores en el cuerpo.
Ante la presencia de alguno de estos síntomas, es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno.
En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (cumplir con las dosis y horarios indicados, no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente) ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.
Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños.
Fuente consultada: Dr. Ramiro Heredia, médico clínico, Hospital de Clínicas.