Reseteo intestinal: así es el método B15 del Dr. Facu Pereyra para mejorar tu microbiota
El médico gastroenterólogo Facundo Pereyra nos cuenta cómo mejorar tu microbiota para ayudarte a ganar salud. ¿Qué es el programa B15?
18 de noviembre de 2024
El Dr. Facundo Pereyra, médico gastroenterólogo. - Créditos: Gaspar Kunis
Muchas veces sentimos fatiga, distensión abdominal, migrañas, cefaleas, alergias y hasta inestabilidad anímica. Pero la mayoría de nosotras no sabe que estos síntomas pueden estar relacionados con el estado de nuestra salud intestinal. ¿Y hay forma de mejorarlo? ¡Claro! Cambiando nuestra dieta y hábitos de alimentación.
Conversamos con el médico gastroenterólogo Facundo Pereyra, autor del libro Reseteá tus intestinos (El Ateneo) y diseñador del programa B15.
Facundo Pereyra se formó en España, Australia y Estados Unidos, y en 2007 regresó a Cipolletti, su ciudad natal, para desarrollar su novedoso programa de salud digestiva, que no para de crecer. En esta nota, nos adentramos en su mirada de la salud intestinal.
Ahora está de moda hablar de microbiota, pero cuando estudiabas no era un tema, ¿por qué te interesó?
Empecé a estudiar medicina por mi padre. Él tenía una clínica armada en Cipolletti. Así que fue un poco por conveniencia. Me anoté en gastroenterología (después de hacer clínica médica) y enseguida me encantó. Cuando volví a Río Negro, mi viejo, que era muy open minded, me contó de un médico naturista que le decía que el problema estaba en el gluten y los lácteos. Parece una paradoja, pero la medicina no empieza por la comida, sino por otras cosas: por los fármacos o por estudios. Al principio yo no le creía. Pero después vi que muchos pacientes mejoraban. Casos increíbles, de gente con artritis, con depresión, con problemas en la piel, con migrañas de toda la vida, que se curaban. “Acá hay algo”, me dije. Empecé a estudiar el naturismo, la medicina funcional, y ellos ya hablaban de que el intestino es el segundo cerebro y de que el intestino permeable puede inflamar y enfermar el resto del cuerpo. Me encantó esa teoría, la estudié y empecé a ver en mis pacientes que cuando vos les curabas el intestino, con una técnica específica, mejoraban también otras enfermedades. Así empezó toda mi investigación y luego vinieron las redes y el libro para dar a conocer todo esto.
¿Por qué el intestino es el segundo cerebro?
El intestino está conectado al cerebro por un nervio vago y funcionan como un único órgano. Solo que el intestino tiene neuronas en nueve metros, entonces están distribuidas. Si vos las juntás todas, son la misma cantidad que en la médula espinal y, además, tiene los mismos neurotransmisores: dopamina, serotonina, cetilcolina, adrenalina. Siempre supimos que cuando algo pasa en el cerebro, se inflama el intestino, hay reflujo o diarrea. Pero lo que sabemos desde hace poco es que cuando el intestino está inflamado, cuando comemos mal, mucha gente empieza a sentir síntomas de salud mental. Van al psicólogo, al psiquiatra, sufren en forma indefinida, cuando el problema estaba en el intestino.
¿Qué síntomas de salud mental se pueden mejorar a través de la alimentación?
Cualquier neuroinflamación. Desde dolores de cabeza hasta neblina mental (que es una sensación rara, como que están confundidos), visión borrosa sin causa ocular. Todos, salvo las enfermedades psiquiátricas heavy. Pero, en general, podés tratar insomnio, ansiedad, depresión al 100%. Ahora, no mejora a todos. ¿Quiénes sí pueden mejorar? Los que tienen el intestino con problemas y en especial estos síntomas: hinchazón de panza casi todos los días, reflujo, diarrea. Estos son los síntomas del intestino permeable, que es cuando el intestino filtra toxinas que van a inflamar el resto del cuerpo. Se sienten dolores de cabeza, hormigueos o adormecimiento de las manos, erupciones en la piel, picazón, alergia, rinitis, hinchazón de manos, pies y cara, sobrepeso que no responde a las dietas, cansancio inexplicable, dolor articular, etc.
¿Y todo lo relacionado con el síndrome premenstrual?
También. El estrógeno se elimina por el hígado, pero cuando el intestino está mal, aumenta una enzima que le saca la “grasita” al estrógeno. Entonces, en lugar de eliminarse, entra otra vez a la sangre. Pueden aparecer sofocos, síndrome premenstrual, endometriosis que empeora la infertilidad, el síndrome de ovarios poliquísticos, muchos temas hormonales. Estos son otros síntomas del impacto extradigestivo del mal funcionamiento intestinal. La medicina todavía no reconoce el intestino permeable, porque no hay un marcador biológico, no hay un test. Entonces, los médicos no la compran, pero hay millones de personas sufriendo.
O sea, ¿lo reconocés directamente por estos síntomas?
Yo desarrollé un autotest, pero es empírico. Hace poco publicamos un artículo en la revista Neurogastroenterology sobre las manifestaciones extradigestivas del colon irritable en 4000 pacientes y ahí empezamos a poner el tema sobre la mesa. Pero falta muchísimo para que podamos demostrar esto. Por eso es que me encanta difundirlo más allá de los papers. La gente tiene que tener esa información.
Y con la alimentación que tenemos los argentinos, muy de la herencia italiana, que comemos pasta, azúcar...
Se calcula que 20-25% en toda Latinoamérica es así. Distinto es en Europa, que el trigo es de mejor calidad, ahí las cifras bajan. Pero en Latinoamérica comemos un trigo que fue manipulado genéticamente. Es un trigo enano con 80% más de gluten que lo que comían nuestros abuelos. Por eso, hay cada vez más personas que tienen el intestino inflamado y permeable, porque las causas principales del intestino que enferma el resto del cuerpo son el gluten y el estrés. Después vienen los lácteos, el azúcar, los antibióticos, operarte la vesícula, un virus, tener un hijo, la menopausia, antibióticos, muchas cosas. Pero el gluten es el número uno. Después también hay otros alimentos que son saludables, pero que pueden inflamarte: las famosas FODMAP, sigla que refiere a azúcares que hay en algunas frutas como la manzana, la pera, la cebolla, el ajo, que hay personas a las que les generan problemas intestinales y no se dan cuenta.
¿Cuál es el ABC de tu programa B15?
Cero gluten, cero lácteos, cero azúcar. 10 frutas y 30 verduras sí. Nuestra dieta es una dieta FODMAP, que ya fue recontra estudiada en Australia. La achicamos un poquito y la dirigimos a síntomas extradigestivos también.
¿Con qué se encuentran en tu programa? Porque imagino que implica un proceso personal desafiante.
Hay dos tipos de pacientes: el que tiene adicción o ansiedad y el que no tiene adicción ni ansiedad. Este último come galletas de arroz, jamón, huevo, nueces, pollo, pescado, mariscos, frutas, verduras, arroz, quínoa, pochoclo, agua, té y ya llega hasta el día 8, cuando los síntomas, en general, desaparecen. Ahora, el que tiene ansiedad extrema, insomnio, le cuesta un poquito más. Por eso, en ellos recomendamos hacerlo con ayuda farmacológica, como cuando dejás de fumar.
Como parches...
En general, ese paciente que no duerme, que está demasiado ansioso, si vos no le das alguna ayudita, al día 3 claudica porque no es fácil cuando uno tiene ansiedad, y lo mismo pasa con el adicto. ¿Sabían que el 20% de la población tiene adicción al azúcar y a la harina de trigo? ¿Y que la harina de trigo refinada, cuando entra a la sangre, es azúcar? Y cuando hablo de adicción, hablo de adicción tan poderosa como las de la cocaína, el tabaco, el alcohol. Es un tema serio de salud.
Cuando dejás de comer todo esto, ¿puede haber algún efecto negativo?
Cuando uno hace un programa de limpieza, detox o reseteo, en los primeros días te pueden aparecer síntomas de crisis curativa. Yo los llamo “la gripe B15”. Porque al bajar los carbohidratos, baja el sodio por mecanismos indirectos, y aparece dolor de cabeza, dolor de pierna, ansiedad, irritabilidad, y eso dura dos, tres días. Hay que estar preparado y hay que bajar de a poquito, no hay que cortar de golpe, porque te pega un rebote que la podés llegar a pasar mal.
¿Y cómo es el tema con el gluten?
1% de la población es celíaca, pero 20% es sensible al gluten no celíaco. El primero es fácil de diagnosticar, el segundo no. Por ahí tenés cansancio, te duelen las articulaciones, te duele la cabeza, vas por la vida inflamada y malhumorada. La única forma de saberlo es, primero, levantar sospechas, que eso es lo que me dedico a hacer todos los días en las redes. Difundir los síntomas, el autotest. Y ya cuando uno conoce, hacer una prueba, cortar el gluten o hacer un reseteo intestinal, que es un poco más power, pero más específico y más efectivo. No es que el gluten sea malo per se, sino que irrita el intestino y lo vuelve permeable. Entonces, si vos sacás el gluten y recuperás la salud de tu intestino y la microbiota se recupera, después, cuando volvés a comer, puede pasar que ya no te haga tan mal. Pero también puede ser que seas sensible al gluten heavy y tal vez esas personas tienen que bajar el consumo a cero. Hay que escuchar el cuerpo. El autoconocimiento es la base de todo esto, no hay otra
¿Cuáles son buenos hábitos para la salud intestinal?
“The American Gut Project”, un estudio que se realiza desde hace varios años en distintos centros del mundo, dice que hay que comer 30 plantas por semana. Plantas es frutas, legumbres, especias, frutos secos, semillas y legumbres. Es ir a la verdu y comer esas cosas que nunca elegís. Además, llenar tu cuerpo de polifenoles (comer todos los colores del arcoíris). Es impresionante cómo así mejora la calidad de vida de las personas y, además, cómo se previene la enfermedad. Y también sumar un alimento fermentado todos los días, como chucrut, kombucha, kéfir, que se compran en dietéticas.
El Dr. Facundo Pereyra, médico gastroenterólogo, estuvo en OHLALAND! - Créditos: Gaspar Kunis
Justo en este número tenemos una nota de suplementos, ¿cuáles recomendás incluir en la dieta?
Yo siempre les pregunto a los pacientes: cómo duermen (el sueño es el pilar fundamental de la salud), cómo comen y cuánta plata tienen para gastar. Si dormís mal, lo primero que tenés que hacer es tomar un suplemento para dormir: magnesio, glicinato, citrato, óxido. Después, si comés mal, como la mayor parte de los argentinos, mínimo tenés que tomar un omega-3, porque seguramente no estás comiendo pescado. Hay estudios que muestran que, después de los 55, quienes toman multivitamínicos tienen menor deterioro cognitivo. En especial si somos de los que elegimos el postre en lugar de una mandarina.
Ahora también está de moda el SIBO. ¿De qué se trata?
El SIBO es otra cosa. Es cuando los bichos del colon, del intestino grueso, suben al intestino delgado, que debería ser un órgano estéril, y le alteran la absorción de los nutrientes. Entonces, hay bichos donde no debería. Muchas veces, los pacientes toman el antibiótico y no mejoran. Ahí es donde se dan cuenta de que el problema estaba en el alimento. Cuando hacen nuestro programa, mejoran mucho y ya no les vuelve más el SIBO. No hay que olvidarse de lo básico que son los hábitos, la comida y el manejo del estrés.
¿Cómo se relaciona la dieta con la infertilidad?
Mucho. Si vos tenés el intestino inflamado y algunos o varios de estos síntomas, tu cuerpo está inflamado, entonces todo funciona mal. Volvemos al tema de los estrógenos: la microbiota está enferma, los estrógenos no funcionan bien, entonces se altera todo el ciclo hormonal. Si tenés infertilidad y tenés estos síntomas, vale la pena hacer un reseteo. El reseteo intestinal es una herramienta que complementa la atención médica. Nuestro sueño es que hoy, como cualquier especialista te manda al psicólogo y a hacer yoga, que también te mande el reseteo junto con su tratamiento. Por eso, tratamos de llegar a los colegas, contarles lo que estamos haciendo para que empiecen a utilizar esta herramienta también ellos en su consultorio.
La medicina milenaria, la ayurveda, la medicina china, tenían toda esta información, ¿no? Es como que vinimos a recordar algo que ya se sabía en la humanidad.
Bueno, la medicina funcional justamente repasa todas las medicinas y las combina con la medicina convencional, y eso es lo que a mí me encanta.
¿Qué es el programa B15?
Comienza todos los lunes, con grupos de WhatsApp de 45 personas. Son tres semanas de programa y al final hay una charla de cierre con Facu, para ver cómo seguir.
- Todo acompañado por una health coach, médicos y nutricionistas que te guían durante tu programa.
- Quedás conectada con una comunidad, para seguir con los hábitos y donde consultar tus dudas.
- También podés hacer el programa de forma autogestiva, si no tenés ninguna situación grave o de urgencia.
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