¿Necesito anteojos? Conocé cuáles son las señales que indican que necesitás lentes

Los dolores de cabeza después de un día largo frente a la computadora o el hecho de inclinar la cabeza para ver mejor son algunas pistas que nuestro cuerpo nos da. Y ni hablar de esa sensación de arenilla en los ojos después de pasar horas scrolleando en el celular: ¡un clásico de nuestros tiempos!

El asunto es que la necesidad de anteojos puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida.  

 

• Las más comunes. Entre las afecciones que pueden sufrir tus ojos y llevarte a usar gafas, se encuentran la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. La miopía sucede cuando no vemos bien de lejos, mientras que la hipermetropía es todo lo contrario: no podemos enfocar de cerca. El astigmatismo se identifica en los casos en que vemos todo distorsionado sin los contornos definidos. Lo bueno es que todas tienen solución y que con los anteojos correctos podemos volver a ver el mundo en HD.  
   
• La miopía del estudiante. Si sos estudiante universitaria o pasás mucho tiempo frente a las pantallas (¿y quién no lo hace hoy en día?), es posible que notes cambios en tu visión. Es lo que los médicos llaman “miopía del estudiante”, aunque ya no solo afecta a los que están pegados a los libros, sino también a todas aquellas expuestas a largas horas de luz electrónica. 
   
• La presbicia. Después de los 40 llega la famosa presbicia. No te asustes con el nombre técnico: simplemente significa que vas a empezar a notar que necesitás estirar el brazo para leer el menú del restaurante o que los mensajes de WhatsApp se ven borrosos. ¡Es totalmente normal y le pasa a todo el mundo!  
   
• Síndrome del ojo seco o el impacto de las pantallas. Las pantallas, nuestras compañeras inseparables, también tienen mucho que ver en todo esto. ¿Sabías que cuando estamos súper concentradas mirando la pantalla parpadeamos menos? Esto hace que nuestros ojos se sequen y empiecen ciertas molestias como ardor, sensación de tener algo en el ojo y hasta visión borrosa. Se trata del síndrome del ojo seco. Es como si nuestros ojos nos pidieran a gritos un descanso y, a veces, un poco de ayuda profesional. 

Hay algunas señales que son para prestar atención ya: si ves destellos luminosos de repente, notás cambios bruscos en tu visión o sentís dolor en los ojos, no lo dejes pasar. También es importante hacerse un control anual aunque no notes ningún problema –es como el service del auto, pero para tus ojos–.

Y sí, ya sabemos que siempre estamos ocupadas, pero esta es una de esas citas que no podemos seguir postergando. 

Empezar a usar anteojos puede ser un cambio importante en nuestra rutina, especialmente si dependemos mucho de ellos. Pero miremos el lado positivo: además de ver mejor, pueden ser el accesorio perfecto para complementar nuestro estilo. ¡Hay tantos diseños y opciones que seguro encontrás el par perfecto para vos! Desde los clásicos hasta los más trendy, los anteojos se han convertido en un elemento de moda que puede transformar completamente un look. 

Ante la duda de si necesitás anteojos o no, lo más importante es no ignorar las señales que nuestro cuerpo nos da. Si notás alguno de estos síntomas, lo mejor es consultar con un oftalmólogo. Al fin y al cabo, nuestros ojos son demasiado valiosos como para no cuidarlos como se merecen. Y recordá: usar anteojos no solo es cuestión de ver mejor, ¡también es una oportunidad para reinventar tu imagen! Invertir en nuestra salud visual es invertir en nuestra calidad de vida, además, ¿qué mejor que poder disfrutar de cada detalle del mundo que nos rodea? 

¿Pasás horas frente a la computadora y tus ojos gritan “¡socorro!”? El yoga para ojos puede ser el salvavidas que estabas buscando. Esta práctica milenaria viene renovada y lista para combatir los males de nuestra era digital en la que vivimos pegadas a las pantallas. 

Si te resultan familiares los ojos rojos, la visión borrosa y esos molestos dolores de cabeza, no estás sola. Es lo que los expertos llaman asthenopia o fatiga visual (¡suena importante, ¿no?!). Y tiene sentido: nuestros ojos fueron diseñados para mirar horizontes, ¡no para hacer scroll infinito en Instagram! 

Pero tenemos buenas noticias: el yoga para ojos es como un spa exprés para tu mirada. Con ejercicios súper simples, podés reducir la fatiga, mejorar la lubricación natural y hasta disminuir esas ojeras que tanto molestan. ¿Lo mejor? Podés hacerlo en cualquier momento: durante tus breaks en la ofi, antes de dormir o apenas te levantás. 

Probá ejercicios como el “palming” (cubrir tus ojos con las palmas tibias), hacer ochos imaginarios con la mirada o alternar entre mirar objetos cerca y lejos. ¡Es como un minigimnasio para tus ojos! Y lo mejor: es gratis, natural y realmente funciona. ¿Lista para darles a tus ojos ese mimo que tanto necesitan? Tu mirada te lo va a agradecer. 

Expertos consultados: 

 

Germán Bianchi, médico oftalmólogo de la Clínica Nano. @drbianchigerman. 

Carolina Winograd, especialista en Wellness & Yoga Facial. @kaliope.glow.