5 películas porno para mujeres

“Busco representar el placer sin estereotipar ni discriminar”, cuenta una y otra vez en diversos medios masivos.  Por eso, a diferencia de lo que sucede en la pornografía hegemónica, donde las mujeres, como observa Erika, son utilizadas como “objetos sexuales y objetos de deseo, listas para tener sexo cuando el hombre quiere sin poner ningún interés en la agenda sexual de ellas, con resultados donde hay filmes repetitivos, que perpetúan valores negativos, violencia y chovinismo”, en sus films se detiene en que el placer sea real, no fingido, que además exista una historia, un contexto donde poder mostrar a las personas más allá del género, ya que todos son sujetos de placer.

Entre las películas que dirigió y que no deberías perder de vista te recomendamos 5.

En esta secuela erótica del premiado cortometraje Handcuffs (2009) de Erika Lust, la seductora pareja Natalia Paris y Paco Roca regresan a su patio de juegos erótico; esta vez un año después y en busca de un tercero. El cortometraje se rodó en 24 horas en el Hotel Camper de Barcelona como parte de su inauguración en la que se invitó a los realizadores a rodar una película de 7 minutos. Al transformar el espacio boutique en un sexy Love Hotel, Erika Lust aprovechó la oportunidad para fotografiar un candente ménage à trois. Room 33 nos muestra lo que sucede detrás de puertas cerradas, el lado sexy de los viajes y la intimidad desinhibidos con extraños.

Se trata de una serie de cinco capítulos que explora el apasionante viaje de una pareja que desafía las relaciones tradicionales bajo el sol español. Erika Lust busca capturar emociones genuinas en la exploración de la sexualidad entre los tres protagonistas, con escenas donde se encuentran en solitario, en pareja y con los tres juntos. La serie retrata de manera realista las complejidades de la no monogamia, inspirando a los espectadores a explorar sus propios caminos hacia la libertad sexual y el amor no convencional.

Este film es parte de la serie de películas eróticas “suaves” de Erika Lust Soft Edition, subidas a una plataforma de vídeo “a la carta” que ofrece “una experiencia más suave y romántica para quienes buscan añadir más sensualidad a su vida erótica”.

Puntualmente, “Be My Flirt” es una recopilación del día de San Valentín sobre el arte de coquetear. Desde breves miradas hasta caricias o burlas: coquetear es diferente para cada uno, pero lo que es seguro es que a todos les encanta. ¿A quién no le encanta la comunicación no verbal en la que se puede comprender el lenguaje corporal del otro y crear tensión sexual? Un momento en el que la fantasía se hace cargo y no se puede esperar a que llegue a su culminación.

En sánscrito, el término Tantra se traduce como "tejido". Arraigado en antiguas tradiciones indias, sus orígenes se remontan a más de 5.000 años y Erika se sujeta de eso para hacer un film épico.

El tantra nos anima a abrazar el momento que se desarrolla, liberarnos de las expectativas y disfrutar de las sensaciones presentes: un arte de dejar ir. ¿Por qué intentar dictar cada resultado? Al calmar nuestras mentes y liberar nuestros cuerpos, les permitimos expresarse. En definitiva, el Tantra nos invita a saborear el placer del viaje sin la carga del control. Bajo esta premisa se desarrolla un film sumamente erótico y persuasivo que te va a encantar.

Cualquier persona alrededor del mundo parte del proyecto de Erika Lust con solo conectarse a internet, ingresar a la página XConfessions y detallar confesiones, vivencias o fantasías eróticas. Con este material, Erika selecciona una vez por mes las que más le hayan llamado la atención y las convierte en películas que, más tarde, cualquiera podrá ver y apropiarse de esa fantasía.

De las confesiones transformadas en films deberías empezar por Dirty Martini Sex Party, basada en la confesión de Cara D., y ambientada en el mundo de las fiestas sexuales de los años 60. Según cuenta en la plataforma Xconfessions, las décadas de 1960 y 1970 fueron los pináculos de la libertad individual. Después de cosechar las libertades de la revolución sexual y los movimientos de liberación de mujeres y homosexuales, el sexo se convirtió en un refugio seguro para la experimentación. La sexualidad se convirtió en un área abierta libre de la tiranía de la década de 1950, impulsada por una profunda necesidad de placer, autoexpresión y necesidad de conexión, y los resultados fueron hermosos. Dirty Martini se adentra en el mundo de las fiestas sexuales de los años 60, desembocando en una espectacular orgía pansexual. Durante las fiestas sexuales no hay presión, simplemente la libertad de disfrutar de la forma que elijas.