
Sexo vainilla: ¿cómo salir de la meseta sexual?
Si entraste en una meseta sexual, correrte del sexo vainilla, apartarte de la mirada moralizante y sorprenderte con gustos alternativos puede ser una gran alternativa.
31 de julio de 2023

Sexo vainilla: cómo salir de la meseta sexual. - Créditos: Canva
Si te digo vainilla, ¿qué imaginás? Helado, esencia, galletitas o alguna fragancia seguramente. ¿Qué tal el sexo vainilla?
Resulta que el sexo tiene este sabor. Se trata de un sabor muy particular, que estimula el sistema nervioso central, relaja los músculos y ayuda a eliminar la inflamación y el dolor.
"El sexo vainilla hace alusión a un sexo convencional, en el cual se practica un coito tal como lo conocemos y sin más ingrediente, quizás para muchos, algo insípido y tradicional. No se sabe con exactitud cuándo se utilizó esta terminología por primera vez, pero muchos recordarán que esta expresión adquirió popularidad con la novela y posterior film Cincuenta Sombras de Grey, en el que se mostraron escenas sexuales fuera de lo llamado "sexo vainilla", porque incorporaron prácticas del denominado BDSM (siglas de bondage/disciplina dominación/sumisión y sadismo/masoquismo) y de otras alternativas eróticas", nos explica Analía Lilian Pereyra, Sexóloga Clínica y Educativa.
Derribar barreras para probar nuevos gustos
La sexóloga nos explica el orden jerárquico que está instaurado en nuestra sociedad con respecto a la práctica del sexo. "Gayle Rubin en su ensayo Reflexionando sobre el Sexo hace mención a que en nuestra sociedad occidental se evalúan los actos sexuales dentro un sistema jerárquico de valor sexual: en la cima de esta pirámide están las personas heterosexuales reproductoras casadas, justo debajo los heterosexuales monógamos no casados y en parejas, seguidos de todos los demás heterosexuales. El sexo solitario flota ambiguamente por el poderoso estigma que aún pesa sobre la masturbación, viéndola como un sustituto inferior de un encuentro en pareja. Las parejas estables de gays y lesbianas se sitúan entre los bordes de la respetabilidad y los del fondo, que están bien abajo en la pirámide son personas trans, personas en situación de prostitución, fetichistas, sadomasoquistas, entre otros".
Lo cierto es que nuestra historia sexual condiciona y marca cuáles son las prácticas que están correctas y pueden hacerse, las que son permitidas y las modalidades amatorias de vinculaciones posibles. "Deja bien claro, aún en siglo XXI aquellas que están mal vistas a los respetables ojos de una sociedad occidental y cristiana que considera al sexo como sucio y temido”, reflexiona la especialista.
Si estás lista para desaprender algo de esta culpa impuesta y te permitís probar otros sabores además de la vainilla, acá te acercamos algunas posibilidades.
Masturbación: date permiso para explorarte. Podés masturbarte, aunque estés en pareja, ya que ayuda a la posibilidad de conocerte en tu propio disfrute. Si aun no tenés un juguete sexual, elegí un sex toy con el que creas sentirte cómoda para empezar ¡y divertite!
Practicá el BDSM: animate a practicar ataduras, palmetear, poner cera de velas en el cuerpo, tapar los ojos, entre otras prácticas propias del DBSM. Recordá que siempre debe existir consentimiento y la práctica debe ser cuidada.
Sexo virtual: podés probar el contacto en las redes y jugar a erotizarte con alguien, aunque no te lo encuentres personalmente, esta posibilidad colabora con la desinhibición. Incorporá también algunas prácticas del sexting o del dirty talk.
Sexo unicornio: sentite libre de tener encuentros sexuales con tu pareja, si dialogan sobre tener experiencias swingers, tríos u otras ¡salí de la mirada moralizante!
Juegos de provocación: ¿Te animás a no hacer siempre lo mismo? Por ejemplo, tener un encuentro con ropa y tocamientos, quizás en un sillón y ahí queda, dejando la llama encendida para que el próximo encuentro tenga más pasión.
Cambiá de escenario: es innegable que la cama o el sillón del living son los lugares más cómodos para cualquier tipo de encuentro sexual. ¿Pero qué tal una plaza al aire libre? Como nos propone el dogging o cancaneo. Un baño público, una playa o ese lugar donde tu fantasía te lleve.
Sexo kinky: es aquel que engloba a una o varias de estas prácticas que mencionamos anteriormente,
"Si siempre hacemos lo mismo, llegaremos al mismo resultado, lo cual es muy válido si la pasamos bien. Lo que ocurre es que a veces se pierden las ganas y el aburrimiento invade nuestro ser, por eso nos damos permiso y pedimos más gustos… ¿te va el chocolate, el pistacho, ron con nueces? Hay una gran variedad de sabores: ¡está en vos probarlos!", desafía la especialista.
Especialista consultada: Lic. Analía Lilian Pereyra, Sexóloga Clínica y Educativa. IG: @licenciadaanaliapereyra
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