Después de muchos mensajes, idas y vueltas acepté. Pedro sólo tenía dos invitaciones preparadas: a su bar o a su casa y yo no quería ceder, ir a la casa era entender y dar entender que sólo íbamos a tener sexo y tenía muchos tabúes con eso, así que lo esquivé y le cambié el plan. Vino a buscarme a un bar, yo estaba sentada con mis dos mejores amigos tomando algo. Él se sumó y se puso a charlar con nosotros como uno más, estaba relajado. Me pareció un genio.
Mis amigos se fueron y él me acompañó caminando a mi casa. No hicimos ni media cuadra y empezamos a darnos besos y besos y más besos. Cuando estábamos en la puerta de mi hogar él empezó a intentar persuadirme para que lo dejara pasar, pero yo estaba muy convencida de que "eso no tenía que suceder". Era domingo, yo tenía que madrugar, así que intenté de todas las maneras conocidas echarlo, pero Pedro insistía.
Me daba besos contra la puerta. El edificio tiene esa luz que se prende cuando detecta movimiento, así que se encendía y se apagaba cuando él me arrinconaba. Me preguntó porqué no quería que cruce esa puerta y yo me sinceré.
-Me siento mal si tenemos sexo y nada más... ¡Después me agarra culpa!
-Dale, dejame pasar... No vamos a hacer nada que no quieras.
La conversación se repetía cada diez minutos hasta que le dije que necesitaba más tiempo, que no estaba segura. Él no entendía porqué yo hablaba de culpa. En realidad, no entendía nada. Pero me hizo caso y se fue.
A los 15 minutos me llamó por teléfono. Había caminado una cuadra y se había arrepentido. ¡Quería entrar!
Salí, volvimos a darnos unos cuantos besos. Química había, pero yo me sentía sucia, fácil... y otras cosas que no puedo reproducir. Hacía poco había visto What´s your number, una película donde una mina se da cuenta de que tuvo sexo con 20 hombres y después de leer una revista donde dice que ese es el máximo de tipos con los que podés estar decide recurrir a sus ex. Ojo, yo estuve con 5, pero bueno... en algún punto me parecía mucho. Mis amigas no estuvieron con más de tres y están de novias hace años.
Al final gané la pulseada. Pedro se fue con muchas promesas... y yo me fui a dormir medio tentada.
Esto fue el domingo pasado, hoy me escribió para que hagamos algo el jueves. Voy a salir, total… ¿qué puedo perder?
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