Cómo evitar el síndrome urémico hemolítico en niños y niñas

Nos infectamos con esta bacteria al consumir alimentos o agua contaminados o mal cocidos, especialmente la carne. Así como también se transmite por el contacto directo con animales o sus heces, por agua no potable o de persona a persona por el contacto con las manos.

El problema en nuestro país es la falta de control en la faena de la vaca. Por lo cual, cuando la vaca con la bacteria en su intestino es sacrificada para su consumo, se contamina la carne y puede llegar a nosotros cuando la comemos.

Por esto siempre se aconseja consumir la carne BIEN cocida. En el caso de la carne picada, si no se puede garantizar una buena cocción en su interior, no se aconseja ofrecer a los niños o niñas hasta los 5 años.

También puede transmitirse al consumir vegetales mal lavados, verduras crudas, lácteos o jugos no pasteurizados y agua no potable.

Por eso, la regla número 1 es tener especial precaución cuando cocinamos y lavarnos siempre bien las manos, utilizar utensilios y superficies diferentes para cocinar lo crudo de lo cocido.

Lo más frecuente a observar es cuando aparece orina o diarrea con sangre, dolor abdominal, vómitos, disminución en la cantidad de orina, convulsiones o palidez. Ante los siguientes síntomas, se aconseja consultar con un pediatra porque el síndrome urémico hemolítico SIEMPRE requiere internación, porque el desenlace en insuficiencia renal y diálisis es más frecuente de lo que se imagina. Incluso, como vimos en los últimos días, puede llevar a la muerte de la persona afectada.

Lamentablemente, es una enfermedad que no tiene tratamiento. Solo nos ocupamos de los síntomas y los órganos que hayan podido ser afectados. Así que hay que trabajar en la prevención para evitar contagiarse.