Tras la muerte de Silvina Luna: "Ningún standard de belleza está por encima de nuestro derecho a vivir sanas"
Angie Monasterio, activista contra el Síndrome de ASIA, da su testimonio en primera persona sobre los riesgos de las cirugías. Pudo recuperarse y pide real consciencia frente a las intervenciones.
31 de agosto de 2023 • 16:44
Murió Silvina Luna: tenía 43 años. - Créditos: Instagram
La noticia de la muerte de Silvina Luna conmociona a todos, principalmente por lo injusto y evitable, ya que sabemos que fue a raíz de procedimientos estéticos que le generaron complicaciones.
Siento que es momento de que reflexionemos, tomemos medidas colectivas y compartamos responsabilidad sobre la problemática que representa esta necesidad voraz de alterar y modificar nuestro aspecto físico para sentirnos adecuadas o suficientes.
Procedimientos que son innecesarios y cuestan mucho dinero, fomentando una división socio-económica entre las que pueden y las menos afortunadas.
Procedimientos que se normalizan y celebran en los medios de comunicación bajo el lema de "Sé vos misma" o "tu cuerpo, tu decisión", pero en muchos casos no se habla ni se informa sobre las verdaderas implicancias físicas, psíquicas y económicas detrás de ellos.
Procedimientos que dañan nuestra autoestima, pero que están enmascarados como una práctica de amor propio.
Procedimientos que finalmente ponen el foco en nuestra apariencia física como algo más importante que celebrar quiénes somos más allá de cómo nos vemos.
Al igual que Silvina yo también tuve el Síndrome de Asia, en mi caso, por implantes mamarios. Hoy, 5 años después de mi explantación, tengo la fortuna de estar viva, a pesar de que a los 33 años tenía más de 30 síntomas, estaba postrada en una cama y me preguntaba: "¿De qué me sirven estas tetas enormes si no tengo salud para disfrutar de nada?"
Quizás es hora de que tomemos consciencia cada vez que una mujer se somete a uno de estos procedimientos, o cada vez que apoyamos a una amiga, hermana, mamá, tía, etc. para lograrlo, qué estamos fomentando realmente.
En un mundo en el que seguimos siendo veneradas por nuestra apariencia y estamos condicionadas a escondernos y sentir inmensa culpa y vergüenza cuando no somos "perfectas", estoy convencida de que el uso y abuso de estos procedimientos van en contra de los increíbles avances que las mujeres hemos logrado social, profesional, intelectual y culturalmente.
Silvina Luna no es la primera, pero duele como si fuese la única, porque nunca tendría que haber sucedido. Ningún standard de belleza está por encima de nuestro derecho a vivir sanas y felices.
Y una vez más repito como un mantra, esperando que me escuchen las que están pensando en ponerse o sacarse algo: "El cuerpo perfecto es el que te permite vivir".
Lo seguiré diciendo una y otra vez aunque a veces sienta que estoy gritando en silencio.