Fernanda Martino, la joven directora de una bodega multipremiada: las claves para crecer con creatividad

“Tuve una infancia muy feliz”, recuerda Fernanda, cuando se le pregunta cómo fue crecer en una familia emprendedora. Su padre comenzó el proyecto vitivinícola cuando ella tenía 14 años, pero en ese momento, dice, “para mí era un proyecto más de los tantos que tenía papá”.

Fue durante su adolescencia y temprana adultez cuando su vida tomó un rumbo propio. Tras iniciar estudios en Administración de Empresas, Fernanda descubrió su verdadera pasión: el diseño gráfico. “Siempre me gustó mucho toda la comunicación visual y la fotografía”. 

Su estadía en Madrid, España,  fue una etapa clave. Allí completó un máster y trabajó en un estudio de diseño, experiencia que la ayudó a consolidar su mirada creativa. Pero en 2014, la necesidad de estar cerca de su familia la llevó de regreso a Argentina, donde comenzó a involucrarse en la bodega. “Pasé diez años trabajando en distintas áreas antes de asumir el rol que hoy tengo”, revela. 

Asumir la dirección de Martino Wines no fue tarea sencilla. “Me tocó liderar en una época complicada a nivel país, con escenarios económicos adversos”, afirma. A pesar de los desafíos, Fernanda logró formar un equipo motivado y adaptarse a los cambios del mercado. Su enfoque ha sido claro: “tener un objetivo fijo y visualizar el camino para llegar a donde quiero que la empresa esté”. 

Bajo su liderazgo, Martino Wines adoptó una visión renovada, que puso en valor su finca La Violeta, en Agrelo, una joya histórica plantada en 1926 con uvas Malbec. Además, Fernanda impulsa desde siempre iniciativas de sustentabilidad, consciente de la importancia de cuidar los recursos naturales.  

“La bodega de por sí tiene un espíritu innovador e inquieto. Mi objetivo es mejorar y eficientizar procesos para seguir el camino de la búsqueda de excelencia”, señala. 

El diseño y la creatividad también ocupan un lugar central en su estrategia. Desde las etiquetas hasta la imagen de marca, cada detalle está pensado para comunicar la identidad y los valores de la bodega. “El diseño no es solo una cuestión estética, sino una forma de conectar de manera única con el público”, explica.

El esfuerzo de Fernanda y su equipo ha sido reconocido en la guía Descorchados 2025. Entre los premios más destacados se encuentran: 

• Baldomir Gran Malbec 2022: 95 puntos. “Este vino es nuestro mayor orgullo y representa nuestra filosofía y valores”, afirma Fernanda. 

• Martino Superiore Merlot 2023: 92 puntos, posicionándose como uno de los mejores de su categoría. 

• Fruto Clarete: galardonado como “Revelación”, un vino que Fernanda describe como “un auténtico ‘wow’ y motivo de enorme orgullo”. 

Con la mirada puesta en el largo plazo, Fernanda busca posicionar a la bodega entre las 20 más reconocidas del país: su apuesta es tanto por la comercialización de vinos diversos (el último lanzamiento fue la línea Fruto, tinto, clarete y blanco, vinos frescos de baja intervención) como por el enoturismo. La idea de Fernanda es explorar y avanzar hacia nuevos desfíos siempre.  

Su consejo para otras mujeres emprendedoras es claro: “Tengan un objetivo claro, no desistan de sus sueños y afronten los desafíos con perseverancia y amor”.