Los mejores juegos infantiles para la autoestima de los chicos

 

Las especialistas destacan que antes no estaba permitido llorar. Hoy, en cambio, al llanto se lo ve de otra manera. “Eso no quiere decir que voy a ceder en algo en lo que quizás no puedo ceder por un berrinche; pero lo entiendo y habilito a que pueda llorar y enojarse”. Son las herramientas que tienen cuando son muy chiquitos, explican.

Todo eso repercute inevitablemente en esa autoestima en construcción: saber que es aceptado, que está bien, que puede superarse, que si se equivoca ese adulto va a estar ahí (incluso que está bien equivocarse). Saber que el amor de su  mamá y su papá, esos adultos tan referentes y necesarios, va a estar siempre… ¿qué más grande que eso para esa autoconfianza en construcción?

“Te permito que te equivoques, igual vas a tener mi cariño. Te voy a acompañar a que superes tus puntos más flacos”.

En cuanto a los juegos, las especialistas sostienen que los más apropiados son los que tienen que ver con el juego simbólico: con personajes o muñecos en donde ellos pueden inventar historias, hablar con interlocutores ficticios y volcar ahí pensamientos, ideas, juegos compartidos…

También destacan que existe mucha literatura que fomenta la autoestima, en donde se habla mucho de las emociones, con actividades para hacer en forma individual o grupal, asignando un color a cada emoción. Pero sin duda el principal juego para fomentar la autoestima es en forma grupal, donde cada uno ocupa un rol y desde ahí puede expresarse, hablar, compartir ideas.

Sin embargo, aclaran que el punto fuerte para trabajar la autoestima no está en el juego en sí, sino en su periferia: en cómo se acompaña el juego con ellos, cómo se fomenta su iniciativa con frases motivadoras: ¡qué bueno esto que elegiste!, ¡qué lindo esto que hiciste!; ¡sí, vos podés!, ¡vamos a hacer esto!, ¡excelente, hermoso lo que hiciste!, ¡me encanta, muy bien!

Por último, advierten sobre los riesgos de la sobreexigencia para evitar que se frustren. Y valoran la multipropuesta en la que no hay juegos ni juguetes de varones o de nenas; sino que son para quien quiera jugar, independientemente del género: “No va más la pelota y la herramienta para el varón; y la muñeca y la cocinita para la nena”, grafican.

Las especialistas celebran el cambio de paradigma y la forma de mirar a nuestras infancias. Pasamos de una cultura adulto-centrista en la que los niños y niñas no sabían, no podían nada y siempre se equivocaban, a un modelo de crianza que tiene en cuenta al bebé y a los niños como personas merecedoras de respeto, de anticipación, de palabra, de consenso, de opinión y de elección. ¿Querés jugar con esto? ¿Querés jugar a lo otro? Su elección es importante.

Todo esto acompaña, ayuda y fortalece la autoestima: darles un lugar, una voz, reconocerlos como personas, tenerlos en cuenta; involucrarlos mucho más en un montón de cuestiones que tienen que ver con ellos mismos, con lo que les gusta y eligen.

Expertas consultadas: María Jimena Colla y Sofía Belén Mitoff, profesoras de nivel inicial, creadoras de “Trazando puentes”. IG: @trazandopuentes.crianza