Crianza: esta es la razón de por qué no deberías darle el celular a un niño menor de 3 años
Diferentes estudios advierten sobre las consecuencias negativas del uso de celular y otras pantallas en la infancia. La última advertencia tiene que ver con niños que tienen un retraso en el lenguaje por usar teléfonos móviles.
4 de septiembre de 2023
¿Por qué no deberías darle un celular a un niño menor de 3 años? - Créditos: Getty
Es un problema que lleva algunos años, pero se agudizó con el aislamiento social por la pandemia: niños que no hablan a la edad a la que deberían hablar. Los pediatras lo detectan en los controles de rutina. Y los especialistas vuelven a señalar al uso de pantallas (televisión, teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos) como el origen de este problema creciente.
“La exposición precoz a pantallas en un cerebro en desarrollo puede generar trastornos en el neurodesarrollo en todas las áreas”, sostiene Mauricio Pedersoli, pediatra y neurólogo infantil.
El especialista señala que existen varios estudios sobre el tema. Uno de los más antiguos relaciona el uso de la televisión “de fondo” con un desarrollo más pobre del lenguaje: los adultos, mientras interactuaban con sus hijos con el televisor encendido, no les hablaban la misma cantidad de palabras por minuto de lo que hacían con el televisor apagado.
Un estudio más reciente observó el uso de juguetes que emiten música, sonidos y palabras. El resultado: cuando los juguetes hablan, los niños callan.
Después del aislamiento social por la pandemia quedaron más expuestos los efectos del acercamiento temprano a las pantallas. Y hoy vemos cómo los niños que se criaron con ellas tienen retrasos en el desarrollo del lenguaje, por lo que deben recibir asistencia profesional.
Pedersoli remarca la importancia de la interacción con los lactantes: “Lo que necesita un niño a esa edad es un adulto que lo mire a los ojos y le hable. Para desarrollar el lenguaje, necesita escucharnos, mirarnos, ver nuestros gestos… Mucho de lo que se aprende es por imitación. La activación de esas neuronas que se llaman “en espejo” se activan cuando uno ve a otra persona realizando una acción. Y es fundamental que se activen esas neuronas en espejo, para que se pueda ir desarrollando esa área del neurodesarrollo”.
Pero además de quitarles tiempo de interacción con sus cuidadores, los dispositivos generan la activación de un circuito que se llama “sistema de recompensas cerebral”, que provoca la liberación de dopamina en grandes cantidades en el cerebro. Eso genera una sensación placentera que no se logra con otras actividades de la vida cotidiana; y entonces va a llevar una y otra vez a los niños hacia ese dispositivo y no hacia otras actividades que necesitan realizar en esa etapa del desarrollo neuromadurativo.
¿Cuál es el tiempo seguro de exposición a las pantallas?
La advertencia de la Academia Americana de Pediatría es clara: en menores de 2 años no tiene que haber pantallas (cero exposición); de 2 a 5 años, una hora y de calidad; y más allá de los 5 años, no más de 2 horas. Sin embargo, actualmente se está corriendo la edad de cero horas hasta los 3 años; es decir, que por debajo de esa edad no estén expuestos a las pantallas.
Los niños necesitan mayores experiencias sensoriales donde puedan interactuar con seres humanos; tocar distintas texturas; poder frustrarse y tener un adulto contenedor que pueda co-regularlos. Hay que ofrecerles oportunidades de jugar al aire libre, de que puedan aburrirse y utilizar la creatividad.
¿Cómo detectar un retraso en el lenguaje?
Pedersoli explica que existen pautas normales del neurodesarrollo con respecto al lenguaje. Y que una manera simple para detectar un problema es observar si se cumplen los siguientes hitos:
Al año de vida, señala con el dedo.
A los 2 años, ya debería decir más de 20 palabras sueltas.
A los 2 años y medio, combina palabras.
Si alguna de estas pautas no se cumple, es motivo para derivar al niño para que se le haga una evaluación fonoaudiológica, indica el especialista, quien remarca la importancia de contar con el lenguaje a la hora de ingresar al jardín de infantes.
“Al no tener esa herramienta de comunicación, muchas veces se frustran más fácil o empiezan a tener problemas de conducta por la imposibilidad de poder manifestar lo que les pasa”, concluye.
Experto consultado: Mauricio Pedersoli, pediatra y neurólogo infantil. Médico de planta del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”. IG: @mauriciot.pedersoli