
¿Sos de decir que sí aunque no quieras? Esto te recomienda una experta en psicología
Marina Mammoliti, psicóloga clínica y creadora de Psicología al Desnudo, se pregunta: ¿Sos de decir que sí, aunque no quieras? Cuando agradar a todos se convierte en una forma de olvidarte de vos misma se generan problemas. Una reflexión que nos interpela.
12 de abril de 2025

¿Sos de decir que sí aunque no quieras? Algunas claves para revisarlo - Créditos: Getty
¿Alguna vez sentiste culpa por decir que no? ¿Por priorizarte, por cancelar un plan, por dejar un mensaje sin responder? ¿Te descubriste haciendo favores que no querías hacer, acompañando procesos ajenos que no podías sostener, o eligiendo el silencio para no incomodar?
Ser buena, ceder, no generar conflicto. A muchas nos enseñaron que eso era parte de cómo ´debíamos comportarnos’. Que agradar era más importante que escucharnos. Pero cuando vivir para los demás se vuelve una carga silenciosa, aparece el people pleasing: esa necesidad constante de complacer para sentir que valemos.
Quizás te enseñaron —como a muchas mujeres— que para que te quieran, tenés que ser “buena”. Y que ser buena es siempre decir que sí: sonreír, acompañar, estar disponible. Aunque no quieras. Aunque no te parezca adecuado. Siempre decir sí sobre todas las cosas. Pocas veces nos enseñaron a preguntarnos si eso nos hace bien. Si realmente queremos estar ahí.
Lo interesante es que este impulso de agradar no aparece porque sí. Tiene raíces muy profundas. En la prehistoria, estar solo era peligroso: no podías cazar, no podías defenderte. Necesitabas a los otros. Y para que te aceptaran, tenías que agradar. Adaptarte. Ser parte.
Ese instinto sigue vivo en nosotras, aunque ya no vivamos en cuevas. Y muchas veces, sin darnos cuenta, seguimos actuando como si agradar fuera una cuestión de vida o muerte. El problema es que ese impulso que antes nos salvaba, hoy nos puede dejar vacías.
Como psicóloga clínica, me encuentro a diario con mujeres que viven atrapadas en una especie de “sí automático”, profundamente arraigado en la necesidad de agradar, de no molestar, de encajar. Es un patrón que suele tener raíces muy tempranas: una infancia donde quizás el amor se sentía condicionado, donde aprendimos que portarnos bien, no incomodar ni generar conflicto era la forma de recibir afecto, atención o validación.
En psicología lo llamamos people pleasing, y aunque puede parecer inofensivo, muchas veces es una estrategia de supervivencia emocional que se transforma en una cárcel. Porque cuando decís “sí” todo el tiempo, tu verdadero deseo queda escondido. Y, con él, vos también.
Este hábito de agradar no es solo una forma de relacionarnos: es una forma de desconectarnos. De nuestras emociones, de nuestros límites, de nuestra intuición. Vivimos atentas a lo que los demás necesitan y nos olvidamos de preguntarnos qué necesitamos nosotras.
Y eso se paga caro: con cansancio crónico, irritabilidad, baja autoestima, ansiedad, culpa, vínculos que se sienten desequilibrados. Porque cuando complacemos en exceso, en el fondo nos sentimos poco valiosas si no estamos haciendo algo por el otro. Como si nuestro valor estuviera puesto afuera, en la mirada ajena.
En el consultorio, llevo años escuchando relatos de personas que sienten que solo valen si están para los demás. Y cuanto más acompaño estos procesos, más claro tengo lo importante que es animarnos a nombrarlos.
Hace un tiempo empecé a llevar estas preguntas al podcast Psicología al Desnudo, porque muchas veces lo que nos pasa no es tan visible, pero sí muy compartido. Nos pasa a muchos, muchas. En cada episodio del podcast hay respuestas, y más preguntas que nos permiten seguir indagando. También hay claves y pasos a seguir para empezar a transitar caminos más sanos.
Te comparto tres de esas claves que pueden ayudarte a salir del modo complaciente:
- Revisá tu “sí automático”: ¿Estás diciendo que sí por miedo a que se enojen, se alejen o te dejen de querer? Empezar a distinguir entre el deseo y el miedo es clave.
- Date un momento antes de responder. No tenés que contestar al instante. Un “dejame pensarlo” puede abrirte un mundo nuevo. Cuando alguien te pida algo urgente, hacé una pausa antes del sí.
- Escuchá tu incomodidad. Si algo te tensa o molesta, puede ser una señal de que estás desconectándote de vos. Vale la pena prestarle atención.
Hay algunas claves más que compartí en el podcast, porque algunas herramientas merecen ser contadas con más tiempo, más contexto, más profundidad.
Te dejo estas preguntas para que resuenen en tu cabeza: ¿qué quiero yo? de verdad… cuando cayo las voces de afuera, ¿qué es lo que realmente quiero? ¿qué necesito? ¿cómo hago para priorizarme?
Los límites son amor. Aprender a decir que no es un acto de amor. De los más importantes. Porque cada vez que te elegís, te estás diciendo algo en voz baja pero poderosa: “Yo importo. Yo valgo”
Por Marina Mammoliti, gentileza para OHLALÁ! La autora es psicóloga y divulgadora de contenido sobre salud mental. Fue oradora TEDx con su charla "Sentir está mal", y es la creadora de Psicología al Desnudo, uno de los podcasts más escuchados en español de todo el mundo. Fundó Psi Mammoliti, una plataforma de psicología y bienestar donde acompaña a personas de todo el mundo en su proceso de autoconocimiento. Curiosa incansable, vive en constante búsqueda: de ideas, de sentido, de nuevas formas de compartir lo que sabe y lo que aprende. Redes: web: psimammoliti.com, @psi.mammoliti.
SEGUIR LEYENDO


El pelo en la perimenopausia: ¿qué le pasa?
por Redacción OHLALÁ!

Consejos esenciales y simples para dormir mejor
por Redacción OHLALÁ!

Grooming: qué significa este concepto que aborda la serie de Netflix Atrapados
por Redacción OHLALÁ!

Reseteo intestinal: así es el método B15 del Dr. Facu Pereyra para mejorar tu microbiota
por Soledad Simond y Agustina Vissani
