Estos son los 5 alimentos que dañan el hígado: el órgano que desintoxica el cuerpo
Te contamos cuáles son los 5 alimentos que dañan al hígado, el órgano que cumple una función vital en la desintoxicación del cuerpo.
26 de octubre de 2023 • 12:05
Estos son los 5 alimentos que dañan el hígado: el órgano que desintoxica el cuerpo. - Créditos: Getty.
El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo. Entre sus más de 500 funciones, es el encargado de desintoxicar el cuerpo y mantener un metabolismo sano y en funcionamiento. Como cuidar de él es esencial para tener una buena salud a largo plazo, en esta nota te contamos cuáles son los cinco alimentos que lo dañan.
“Una buena salud hepática beneficia también a otros órganos vitales, como el corazón, el cerebro y los riñones, que dependen del hígado para funcionar".
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos son los 5 alimentos que le hacen daño al hígado
Estos son los 5 alimentos que le hacen daño al hígado. - Créditos: Getty.
1
El alcohol
El alcohol es uno de los mayores enemigos del hígado ya que su consumo, en cantidades excesivas, puede causar inflamación y daño hepático irreversible, aumentando el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.
2
La comida rápida y los alimentos procesados
Debido a su alto contenido de sodio, grasas trans, y aditivos artificiales, la comida rápida y los alimentos procesados son muy perjudiciales para la salud del hígado.
3
La sal
El consumo excesivo de sal es otro grave enemigo del hígado ya que, debido a la acumulación de líquidos, el órgano reacciona inflamándose.
4
Las bebidas energizantes y las gaseosas
Las bebidas energizantes y las gaseosas contienen altas cantidades de azúcar, cafeína y aditivos artificiales. Un consumo habitual de ellos puede aumentar el riesgo de hígado graso no alcohólico y otras afecciones hepáticas graves.
5
Las grasas saturadas
Al igual que la fast food y los alimentos procesados (que poseen alto contenido de grasas trans), las grasas saturadas también son un enemigo para la salud del hígado ya que incrementan el colesterol malo y reducen el colesterol bueno, aumentando el riesgo de enfermedades hepáticas.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.