Por qué no es bueno sobreproteger a los chicos
La hipermapaternidad es un estilo de crianza caracterizado por la protección excesiva hacia los hijos. Te contamos cómo se manifiesta, cómo repercute en los niños a largo plazo y cómo cambiar ese enfoque.
22 de marzo de 2023
¿Por qué no es bueno sobreproteger a los chicos? - Créditos: Getty
¿Escuchaste alguna vez habla de hipermapaternidad? Se trata de un término que se utiliza frecuentemente para definir un estilo de crianza.
Esta se caracteriza por el control excesivo o gran preocupación que los padres y madres tienen por sus niños, para que sean exitosos y por darles constantemente seguridad. "Esto deriva en una sobreprotección que empieza cuando estamos encima de ellos todo el tiempo, y ahí es cuando empezamos a limitar esa capacidad que tienen para explorar y tomar riesgos esperables y saludables a cualquier edad", explican Mariana Fernández
Psicóloga y Psicopedagoga, y Carina Schwindt, Psicóloga-Neuropsicóloga.
¿Sos una madre sobreprotectora?
Las especialistas explican que, hay una serie de factores que motivan a que los padres/madres actúen sobreprotegiendo a sus hijos todo el tiempo, conductas se manifiestan de muchas maneras:
La ansiedad y los propios miedos de los padres
Falta de confianza en sí mismos como adultos responsables
Sus malas experiencias personales en la propia infancia
Sienten presión social por lo que la sociedad les instaura de criar a sus hijos de cierta manera
Muestran una preocupación exagerada por su bienestar y exageran los riesgos: todo es terrible hasta lo más mínimo como tirarse por un tobogán
Tienen control excesivo y permanente de todas las actividades y las relaciones sociales de sus hijos
Restringen ciertas actividades
Dan permiso para cada actividad que los niños quieren hacer: en la plaza, en la vida social, en casa
Microgestión: hacen todo por ellos, desde armarles la mochila, las tareas escolares, armarles las camas, cambiarlos, etc.
Consecuencias de la sobreprotección
Hay una serie de consecuencias que van a impactar, en mayor o menor medida, en los niños que fueron criados bajo este estilo sobreprotector.
"Se limita su capacidad de desarrollar sus habilidades sociales y emocionales; sus capacidad de tomar decisiones y asumir responsabilidades; se les dificulta su autonomía, autoconfianza y autoestima. De hecho, puede surgir ansiedad y presión en ellos", señala. "En cuanto a la resolución de problemas, si los padres siempre están resolviendo todo por su hijo, el niño nunca va aprender a tomar decisiones por sí mismo y enfrentar desafíos esperables en una sociedad cuando crezca".
Además, incapacitamos su habilidad de tomar riesgos saludables. "Cuando los peques son criados bajo esta mirada, pueden presentar dificultadas para tomar riesgos saludables. Recordemos que el arriesgarnos siempre nos da lugar a nuevos aprendizajes y capacidades".
Para las especialistas, es importante que haya un equilibrio en los padres entre ser protectores y, a su vez, permitir que experimenten y que tomen decisiones por sí mismos.
Cambiar el enfoque
"Tenemos que aprender a fomentar la independencia y la autonomía y seguir protegiéndolos y apoyándolos", señalan y enumeran una serie de propuestas:
Alentarnos a tomar decisiones
Permitir que experimenten, aprender de los errores
A veces, va a ser difícil que tomen riesgos controlados, pero es beneficioso
Fomentar la independencia, autoconfianza
Que asuman las responsabilidades que son adecuadas para su edad
Enseñarles empatía
No ser indulgentes ni restrictivos
Expertas consultadas: Lic. Mariana Fernández, Psicóloga-Psicopedagoga, Especialista en Neurodesarrollo; Lic. Carina Schwindt, Psicóloga-Neuropsicóloga. Autoras de Nadie te enseña, guía práctica para una crianza positiva, Editorial El Ateneo. IG: @psiconeuroinfancia
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