Parejas DINK: qué son y contra qué mandatos se revelan
El término DINK significa “Double Income No Kids” (doble ingreso sin hijos) y responde a la decisión cada vez más frecuente en parejas que eligen tener una relación estable y comprometida, pero sin hijos. Conversamos con una psicóloga.
12 de enero de 2024
el término DINK es un acrónimo de “Double Income No Kids”: una pareja donde los dos miembros aportan recursos económicos de manera común pero no tienen hijos. - Créditos: Getty Images
Frente a los mandatos que nos susurran al oído (a veces, a los gritos) sobre cómo se debe construir una familia feliz, y que insisten de manera invisible pero omnipresente en la manera en que deberíamos dar pasos seguros que nos llevarán a la meta (primero la pareja, luego la convivencia y más tarde los hijos), las parejas DINK irrumpen con nuevas formas vinculares.
Los "DINK" responden a un modelo en expansión en todo el mundo. Se basa en el acuerdo entre dos personas que eligen formar una pareja estable, con intención de perdurar en el tiempo y construir una vida en común, pero sin la necesidad de tener hijos.
Este concepto se originó en Estados Unidos en la década del 80: el término DINK es un acrónimo de “Double Income No Kids” (doble ingreso, sin hijos), es decir, una pareja donde los dos miembros aportan recursos económicos de manera común pero no tienen hijos. A su vez, en este tipo de vínculos la prioridad suele estar presente en el crecimiento profesional y la libertad para viajar. Al no tener que dedicar tiempo y energía a la crianza, “los dink”, tienen más tiempo para realizar deportes, actividades placenteras, viajar e incluso tener muchos momentos en soledad.
Las parejas DINK eligen compartir una vida juntos pero sin hijos - Créditos: Getty Images
Hasta acá pareciera no haber conflictos: decisiones adultas de común acuerdo que no perjudican a nadie. Sin embargo, en el marco de la cultura patriarcal, para la mujer no siempre resulta sencillo sostener decisiones que incomodan a la gran regla: el rol de la maternidad (o la ausencia de ella) despierta cuestionamientos y opiniones que rara vez aportan comentarios positivos, como las clásicas amenazas que seguro en alguna reunión o grupo de amigos escuchaste deslizar con la idea de "te vas a arrepentir", cuando la mujer tiene más de 35 y todavía "insiste" en negarse a la maternidad.
Como nos dice la psicóloga Claudia Feler, son muchas las mujeres que cuestionan la tradicional noción de realización personal a través de la maternidad. “Tanto en mi consulta como en mi entorno, observo cómo mujeres profesionales rechazan la idea de postergar sus carreras para asumir roles maternos. Optan por mantener sus vidas activas y no esperar a que sus hijos crezcan para buscar un nuevo propósito”.
Proyectos personales fuera del ámbito familiar
Claudia también observa un patrón que se repite en mujeres entre los 40 y 50 años que, tras haber sacrificado sus carreras por la familia, enfrentan desafíos agotadores al intentar embarcarse en proyectos personales fuera del ámbito familiar: “Sus conversaciones giran en torno a la crianza, las responsabilidades domésticas y el consumo, y aunque son jóvenes, se consideran mayores para emprender una nueva carrera o actividad formal”, dice.
“Es fundamental reconocer que ser madre y tener un hijo son conceptos distintos. Algunas mujeres traen hijos al mundo sin ejercer plenamente la maternidad, mientras que otras despliegan su instinto maternal en diversas formas sin necesariamente ser madres biológicas. Desde mi perspectiva, la capacidad de engendrar vida o cuidar a un ser vulnerable es una experiencia profundamente humana, pero no constituye la única vía para sentirse realizado”, resalta.
Para la experta consultada, “la narrativa de la realización personal no debe limitarse a la maternidad” y al mismo tiempo dice convencida que un hijo/a puede adoptar varias formas como puede ser un proyecto, una mascota o una causa que abrazamos con responsabilidad y amor.
También dice que la sociedad está experimentando un cambio en la percepción de los roles de género y las expectativas tradicionales. “Las mujeres están redefiniendo su sentido de propósito y felicidad, explorando diversas formas de contribuir y amar. Al reconocer la diversidad de caminos hacia la realización, nos acercamos a una comprensión más completa y respetuosa de las elecciones individuales”, precisa.
A modo de reflexión final, Claudia observa que estamos en un mundo que evoluciona hacia la aceptación de diversas formas de realización, y que por eso es esencial reconocer y celebrar la autonomía de las mujeres en la definición de sus propios caminos. “Más allá de la maternidad, cada elección y experiencia individual aporta riqueza y significado a la narrativa de nuestras vidas. Al fomentar un diálogo que abrace la diversidad de elecciones y roles, contribuimos a construir una sociedad más inclusiva y respetuosa, donde cada mujer puede buscar y encontrar su propio sentido de plenitud”.
Rasgos comunes de los DINK
Asumen un gran compromiso con su actividad profesional.
Priorizan el aspecto académico y la actualización permanente de conocimientos afines.
Optan por lo lúdico y el consumo relacionado al placer personal o de pareja.
Invierten una parte de sus ingresos en salud y estética (desde tratamientos holísticos, masajes o tratamientos estéticos).