Síndrome de Houdini: de qué se trata y cómo afecta nuestros vínculos
¿Escuchaste hablar del Síndrome de Houdini? Te contamos de qué se trata y cómo nos afecta en nuestras relaciones.
18 de septiembre de 2023
Síndrome de Houdini: ¿de qué se trata? - Créditos: Getty
La ecuación no acepta grises: cuanto mayor es el compromiso, mayor es la necesidad de escapar. Hablamos de un comportamiento actual muy frecuente y complejo al que se lo define como Síndrome de Houdini. ¿Lo conocías?
El Síndrome de Houdini hace referencia al mago y escapista húngaro del siglo XIX. En la actualidad, la mirada psicológica moderna retoma este símbolo para referirlo a las conductas de escapismo psicológico y emocional que operan a través la evitación. Dicho de otro modo, es la tendencia a escapar a cualquier tipo de compromiso emocional.
La huida viene a “proteger” a las personas que se perciben vulnerables al sentirse incapaces de establecer cualquier tipo de intimidad emocional.
El psicólogo y escritor Pablo Palmero, autor de Los pilares del corazón y promotor del concepto, se pregunta ¿por qué repetimos una y otra vez los mismos? ¿qué es el síndrome de Houdini o “escapismo sentimental”? ¿conocemos el monstruo que llevamos dentro?
2 caracteristicas de la huida emocional
1
La dificultad para mantener relaciones sanas y duraderas, ya sea de amistad o de carácter sexoafectivo.
2
La tendencia a evitar sistemáticamente cualquier tipo de relación sentimental, ya sea por inseguridades o miedo a ser sometido, perdiendo así la libertad.
Entre la obsesión y el rechazo
“La persona fluctúa entre la obsesión y el rechazo hacia su objeto de deseo, repitiendo un patrón cíclico de atracción, excitación, miedo y huida. La manera y las excusas empleadas pueden ser muy diversas, y el afectado raramente se responsabiliza de su miedo al compromiso”, explica el psicólogo.
En la infancia se esconden los traumas y los mayores miedos que, cuando no son enfrentados cara a cara, suelen aparecer en la vida adulta disfrazados de conductas y resistencias que, muchas veces, intentan “protegernos” del mundo externo.
En este sentido, Palmero entiende que, muchas veces, “para evitar sentir estos conflictos podemos llegar a permanecer el resto de nuestra vida sin sentir la pertenencia ni el arraigo afectivo con las parejas, las amistades, los hijos. Hemos ocultado este extendido mal normalizándolo, profesando una especie de fobia colectiva hacia la implicación emocional".
"Se promueve la superficialidad y el consumismo afectivo y sexual; la libertad y la felicidad se asocian a la ausencia de compromisos. Pero por mucho que intentemos engañarnos todos al mismo tiempo, la realidad no cambia: seguimos sintiéndonos insatisfechos. El escapismo sentimental deja a su paso una estela de vacío y soledad”.
Las fases del Síndrome de Houdini
Antes de llegar a la huida o escape, hay fases que se repiten a menudo en el síndrome de Houdini. Te contamos las principales caracteristicas.
Implicancia: etapa de auge sentimental. Se ejecutan las estrategias de persuasión para obtener lo que se quiere de la otra persona. Parece que no hay límites para la amistad o el amor. Todo es perfecto y proyectamos un futuro con esa persona. Sin embargo, esta fase se suele ir tan rápido como aparece.
Dudas: las bases poco sólidas bajo las que se construyen los lazos provoca la aparición de dudas rápidamente. Aquí es cuando el castillo de naipes comienza a caerse. Lo hace de forma lenta con el objetivo de no dejar rastros.
Escape: etapa final que se produce cuando ya no hay contacto. La otra persona se ha fugado de nuestras vidas, tal vez sin dejar explicación alguna, y la comunicación es prácticamente nula.
Cuáles son los principales disparadores de este síndrome
Puede haber una o más razones por las que una persona acude sistemáticamente al escapismo emocional. Incluye aspectos personales, sociales, culturales. Te detallamos las 4 causas más habituales.
Inmadurez emocional: se trata de la incapacidad para expresar o hacer frente a las emociones identificadas como “negativas” o “complejas”. Está muy relacionado con la poca o nula educación emocional recibida durante la infancia. Al no contar con recursos para gestionar las emociones (eso que da miedo, genera ansiedad, a veces pánico, entre otras tantas), la necesidad de huir pareciera ser la única salida.
Miedo y traumas: el miedo es otro factor que está vinculado a este patrón cíclico de atracción, duda y fuga en las relaciones sentimentales. En este caso, los miedos suelen originarse a través de experiencias traumáticas durante la infancia (abandono, indiferencia, maltrato, entre otras) quedando grabadas en el inconsciente de esa persona. De grandes, para evitar revivir alguno de esos traumas, la reacción que aflora es la huida de los compromisos que impliquen intimidad.
Redes y apps de citas: gracias a los múltiples dispositivos tecnológicos que, en un primer momento, parecieran acercarnos a otras personas, como es el caso de Tinder, y facilitarnos las relaciones sociales. Sin embargo, la inmediatez de la “búsqueda” sumado a la variedad de personas que se nos presentan como disponibles y a un solo “match”, ha fomentado la idea de que las personas ya no sean indispensables: Ahora existe una gran reserva de posibles candidatos/as alternativos esperando cuando la primera opción falle.
La oferta y demanda de sentimientos: la velocidad con la que cambiamos de vínculos hace que el éxtasis del amor (incluso de la amistad) dure cada vez menos. Al finalizar con un vínculo ahora está cada vez más al alcance de la mano (literal) la posibilidad de “salir al mercado” y buscar otra persona que vuelva a despertar el éxtasis de la novedad. La poca profundidad y la velocidad del vínculo son las principales reglas.
Para cerrar nos gusta la reflexión de Palmero: “Necesitamos centrar el daño, ubicar las heridas y ponernos al alcance de nuevas y positivas experiencias de relación. Darnos el permiso para vivir conscientemente el propio miedo al contacto, pone de manifiesto nuestra vulnerabilidad, pero eso mismo nos hace más auténticos, más fuertes”.
¿Qué opinás? ¿Viviste alguna situación similar?