Tomar una pausa de 5 minutos puede reducir las discusiones de pareja

Tal como explica el psicólogo consultado, cuando no se gestionan, las emociones intensas tienden a nublar nuestra capacidad de comunicación efectiva, es decir, dejamos de ser claros en lo que estamos diciendo.

"En lugar de expresar lo que realmente nos preocupa, es más probable que reaccionemos de forma impulsiva. Esta impulsividad, muchas veces, hace que se digan cosas que no muestran nuestros verdaderos sentimientos y que lastiman a nuestra pareja", reflexiona. "Cuando se toma un tiempo para calmarse, se reduce la probabilidad de que nuestras palabras dejen un impacto negativo y se aumenta la posibilidad de poder escuchar al otro y ser escuchados".

 

¿Con una pausa alcanza? El experto señala que no se trata simplemente de hacer una pausa para evitar el conflicto, sino de usar ese tiempo para preparar una conversación más consciente y tranquila. "La evitación es una estrategia de enfrentamiento que nunca funciona, porque el problema sigue estando ahí, y si no se trabaja posiblemente crece", dice. La clave está -como señala- en recordar que las pausas no son una forma de evitar los problemas, sino una herramienta para tratarlos mejor.

"Los temas importantes en una relación deben hablarse, pero es fundamental hacerlo en el momento adecuado, cuando ambos estén listos para dialogar desde la calma y no desde la furia o el dolor", suma.

Calvo considera importante destacar que la comunicación no solo se trata de lo que decimos, sino de cómo lo decimos. El lenguaje no verbal, es decir, nuestros gestos, expresiones faciales y tono de voz, juega un papel crucial en cómo se interpreta lo que comunicamos. "Cuando una discusión está cargada de tensión, es común que nuestra postura y nuestro tono reflejen ese malestar, lo que puede intensificar el conflicto. Por eso, cuando decidimos pausar también estamos eligiendo cuidar la forma en que nos presentamos frente a nuestra pareja".

Una pausa, en definitiva, nos ayuda a reenfocar nuestra energía y a volver al diálogo de una manera más tranquila y consciente, lo que nos va a ayudar a tener una mejor comprensión entre ambos.

 

El psicólogo reflexiona: "Es importante que las parejas entiendan que la pausa no es el fin de la conversación, sino una etapa que puede mejorar la comunicación. La idea no es callar los problemas, sino encontrar el mejor momento y estado emocional para abordarlos". Y agrega: "Lo que más importa es poder escuchar y ser escuchado, y para que eso ocurra, muchas veces es necesario detenerse, respirar y luego continuar".

Hay que aclarar que, muchas veces, las discusiones de pareja no se resuelven en un solo intercambio. La pausa, entonces, no solo es útil para calmar las emociones inmediatas, sino también para reflexionar sobre el origen profundo de los desacuerdos. Algunas diferencias surgen de necesidades no expresadas o de expectativas no cumplidas y es esencial que cada miembro de la pareja tenga el espacio para identificar esos sentimientos antes de reanudar el diálogo.

 

Así, si adoptamos esta práctica, no solo podremos resolver los problemas que se ven en la superficie, sino también ahondar en la raíz de los conflictos, lo que lleva a una mayor comprensión y crecimiento en la relación. De alguna manera esto ayuda a que, después de este tiempo y esta discusión, la pareja salga más fortalecida y con nuevas herramientas personales respecto a lo que generó la discusión.

"Aprender a tomar una pausa de cinco minutos en medio de una discusión puede marcar la diferencia entre una conversación constructiva y una pelea destructiva. Pero más allá de la pausa, lo crucial es mantener el compromiso de hablar los temas de fondo. La comunicación, tanto verbal como no verbal, conviene que sea consciente y respetuosa, permitiendo que ambos se expresen y comprendan, lo que va a fortalecer la relación a largo plazo", concluye.
 

Experto consultado: Dr. Flavio Calvo (MN: 66869). Dr. en psicología, docente, tallerista y autor. IG: 
@calvoflavio