La "ley de los promedios": ¿quiénes son los que custodian la persona que queremos ser?
En el editorial de la edición de septiembre, nuestra directora Sole Simond se pregunta: ya adultas, ¿podemos reiniciarnos? ¿podemos crear esa persona que verdaderamente queremos ser?
8 de septiembre de 2024
¿Conocés la ley de los promedios? Es una forma de evaluar quiénes somos y quiénes queremos ser. - Créditos: Getty
¿Te suena Jim Rohn? Él era un empresario estadounidense convertido en conferencista motivacional, que acuñó el término “somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo”. No tenía una base científica muy sólida, pero la conclusión se relaciona con la “ley de los promedios”, que es la creencia de que el resultado de cualquier situación será dado por el promedio de todas las partes. Es una forma de entender estadísticas y predecir probabilidades. Ahora, ¿qué significa en nuestra vida?
Me gusta hacer un racconto, nosotras no elegimos ni dónde nacimos, ni quiénes nos criaron (es cierto, en el plano espiritual, se dice que una elige su familia en función de los desafíos que se propuso nuestra alma para esta vida, pero no me da para tanto hoy...). Sigamos. Entonces, somos el resultado de ese contexto socioeconómico, de las habilidades de nuestros padres, de si tuvimos o no hermanos, de las heridas de nuestra propia historia. Especialmente en la niñez, estuvimos a merced de un entorno y generamos las herramientas para sobrevivir.
En mi propia historia fue muy poderoso entender esto, porque muchos mecanismos fueron respuesta a alguna falta del sistema. Esto no es ni bueno ni malo. Simplemente es. Ahora, ya adultas, ¿podemos reiniciarnos? ¿Podemos crear esa persona que verdaderamente queremos ser?
Poscuarenta, convengamos, ya te agarra un poco cansada el rediseño de vida; sin embargo, siempre estamos a tiempo.
Entonces, como lo que es adentro es afuera, y lo que es afuera es adentro: ¿quiénes son las personas que me rodean?, ¿qué virtudes tienen?, ¿son habilidades que atesoro? O quizá podemos pensar al revés, ¿qué dones me gustaría tener? Por ejemplo, yo quiero ser cada vez más aventurera. OK, ¿qué definición implica “aventurera” para mí?
Esto es clave, porque para cada una puede tener distintas acepciones. Imagino un modo más libre, descontracturado, liviano, con mente en “sí”, amigable, salvaje, simple... Con ese mapa de fortalezas más claro, puedo pensar: ¿qué amigos, familiares, pareja, compañeros pueden crear esta energía aventurera en mi vida? Se me vienen inmediatamente dos personas, que están muy cerca y custodian ese valor en mi vida.
Pero somos multidimensionales, también quiero profundidad, elijo una vida significativa, estoy fóbica a la superficialidad, entonces: ¿cómo llevo este principio a mi día a día? ¿Es a través de charlas cotidianas, es estando en contacto con el conocimiento más sagrado, es haciendo cursos, es a través de viajes espirituales, es en el espacio de autodescubrimiento? Todo esto suele ser una oportunidad para desarrollar una perspectiva más amplia, incluso para moderar cierta mirada crítica sobre algunos vínculos cercanos, que quizá les falta algo, pero te aseguran un estilo de vida fundamental para vos.
¿Quiénes son esas cinco personas? A veces esa observación se convierte una revelación: ¿quiero ser ese modo que veo en ellos? Esta edición de la revista OHLALÁ! escribí una nota sobre cómo reparar un vínculo roto, sin embargo, el último punto abre el paraguas: “No todos los vínculos son para siempre”.
En esta era de tantas transformaciones, ¿por qué pensaríamos que las relaciones se mantienen intactas? Quizá sea una invitación, en muchos casos, para agradecer y dejar ir. Cada persona sumó a nuestra vida un color, pero la paleta –según la obra que queramos pintar– cambia.
¿Qué colores necesitamos hoy?, puede ser un lindo disparador para arrancar. Y de yapa, ¿qué color estás sumando vos a la paleta que son los otros? Especialmente ahora que empieza la primavera y los tonos ocres y marrones les dan espacio una vez más a los fucsias, violetas, rojos, amarillos, naranjas, rosas, verdes... En fin, todo es una nueva oportunidad. Vamos, que una nueva energía comienza.
Soledad Simond Estuvo en el equipo creador de la marca femenina OHLALA!, en La Nación, y la dirige desde hace 6 años. Además, es facilitadora de talleres de empoderamiento en corporaciones, da workshop de oratoria y planificación emprendedora.