Día de la Salud Mental: 5 razones por las que la terapia puede fallar

 

Según las cifras oficiales que detalla, "con el 60% de la población mundial trabajando se necesitan medidas urgentes para garantizar que el trabajo evite los riesgos para la salud mental y proteja y apoye la salud mental en el trabajo. Los empleadores y los compañeros de trabajo pueden ser agentes de cambio en el lugar de trabajo al combatir el estigma y fomentar el debate abierto sobre la salud mental. También pueden aprender a identificar los signos de problemas comunes de salud mental, como la depresión, y alentar a los colegas que puedan tener dificultades a buscar ayuda".

La terapia es un modo de apuntalar la salud mental de trabajadores y de cualqueir persona que la necesite. Convocamos al doctor en psicología, docente, tallerista y autor Flavio Calvo en el Día de la Salud Mental para que reflexione sobre la psicoterapia. Además, detalla las 5 razones a atender para que no falle y sea un tratamiento exitoso, es decir, que se ajuste a nuestras expectativas y que mejore la calidad de las intervenciones y maximice sus beneficios.

Calvo explica que la psicoterapia es un proceso que transforma profundamente las vidas de las personas que ha demostrado su eficacia en el alivio de muchas problemáticas emocionales, en las formas de pensar y en las conductas. De todas maneras, como cualquier intervención, no siempre puede dar los resultados que se esperan. ¿Cuáles son las razones por las cuales la psicoterapia puede fallar?

Uno de los principales obstáculos para el éxito de la psicoterapia es la expectativa de resultados rápidos o milagrosos. Muchas personas inician el tratamiento con la esperanza de resolver problemas profundamente arraigados en muy pocas sesiones. Esperar esto puede llevar a la frustración y a abandonar antes de tiempo porqueno ven los cambios inmediatos.

Es esencial que tanto el terapeuta como el paciente aclaren desde el principio que la terapia es un proceso que puede requerir tiempo y esfuerzo sostenido. Muchas veces llevó años, o toda la vida construir un problema, y aunque muchas veces el tiempo de resolución sea breve, no necesariamente va a ser en dos o tres sesiones.

La resistencia es algo que suele suceder en la terapia. Aunque el paciente busca alivio y sentirse mejor, inconscientemente puede resistirse a los cambios necesarios para lograrlo. Esto puede ponerse en juego de distintas maneras: evasión de temas difíciles, falta de compromiso con las tareas asignadas, o incluso autosabotaje.

El trabajo del terapeuta incluye ayudar al paciente a identificar y trabajar sobre estas resistencias, pero cuando estas son muy fuertes o no se abordan adecuadamente, pueden impedir el progreso. Muchas veces la persona quiere evadir el dolor, de todas maneras lo que duele no es el cambio, sino la resistencia a él.

La relación entre el terapeuta y el paciente es fundamental para el éxito de la terapia, de hecho, estadísticamente se sabe que una buena alianza entre terapeuta y consultante suponen un 40% de la solución del problema.  

Si no se establece una alianza terapéutica sólida, basada en la confianza y el respeto mutuo, es difícil que el paciente se sienta lo suficientemente seguro como para abrirse y explorar aspectos vulnerables de su vida. Una relación terapéutica débil puede resultar en una desconexión emocional que haga que las intervenciones no cumplan sus objetivos.

No todas las intervenciones son adecuadas para todos los pacientes ni para todos los momentos del proceso terapéutico. Una intervención que puede ser útil para una persona, en un momento específico, puede no serlo para otra o incluso para la misma persona en otro contexto.

Las intervenciones fuera de tiempo, o la aplicación de técnicas que no se ajustan a las necesidades particulares del paciente, pueden llevar a la frustración y al estancamiento en el proceso terapéutico.

A veces, los factores que impiden el éxito de la psicoterapia están fuera del control tanto del paciente como del terapeuta. Problemas como el estrés continuo en el entorno familiar, dificultades económicas, o incluso un sistema de apoyo social deficiente, pueden hacer que los avances terapéuticos sean difíciles de mantener.

Estos factores pueden requerir intervenciones adicionales o el acompañamiento de otros profesionales, como trabajadores sociales o consejeros familiares.

El fracaso en la psicoterapia no siempre indica una falta de esfuerzo por parte del paciente o del terapeuta. A menudo, es una señal de que algo más profundo necesita ser explorado o que se requiere un ajuste en la estrategia terapéutica. Reconocer estas razones y trabajar para superarlas puede transformar un proceso terapéutico que parece estancado en una oportunidad para un crecimiento significativo. Porque al final, la psicoterapia es un viaje interno y profundo que requiere compromiso, flexibilidad y, sobre todo, una alianza terapéutica fuerte para lograr resultados duraderos.

 

Experto consultado: Dr. Flavio Calvo (MN: 66869). Dr. en psicología, docente, tallerista y autor. Ig: @calvoflavio